Desde 2016, la palabra huachicolero comenzó a tomar fuerza en los medios mexicanos. Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de huachicoleros?
Según el Colegio de México, de “delincuentes que se dedican a robar gasolina perforando los oleoductos que la conducen”.
Pero aquí no hablaremos del robo de gasolina, sino de cine.
En el primer día de actividades del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) se estrenó Huachicolero, una película de ficción dirigida por Edgar Nito que presenta cómo operan los personajes involucrados en el robo de hidrocarburos, desde las autoridades de seguridad pública, funcionarios y huachicoleros, hasta los pobladores del lugar.
“Fuera de México la audiencia internacional ha recibido bien la película, pero estamos emocionados de saber cómo la recibirá la audiencia mexicana que está más en contacto con este tema por los noticieros”, dice Nito a Animal MX.
Nito recuerda la primera vez que escuchó el tema del huachicol en 2015, durante la coyuntura del denominado “gasolinazo” en el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto.
“No había nada de esto en los medios, por eso me surgió la idea de hacer una película para mostrarle a la gente lo que estaba pasando en mi estado (Nito nació en Irapuato), pero el tema avanzó un poco más rápido de lo que se hizo la película”, agrega.
Con tres años de trabajo en la cinta y cuatro desde que empezó la idea, Alfredo Mendoza y Edgar Nito cuentan la historia de un amor frustrado entre Ana y Eduardo, quien decide entrar al negocio del huachicol para buscar más ingresos.
De acuerdo con la historia, el oficio del huachicol forma parte de la corrupción e impunidad entre las diferentes esferas de poder en la sociedad guanajuatense hasta volver esa actividad como parte de la economía en la comunidad.
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El productor Víctor Léycegui aclaró que esta película no se filmó tras la coyuntura del robo de combustible en el país; el guion se escribió en 2016 y la película se comenzó a producir en 2017 con el objetivo de mostrar -a través de dos jóvenes- lo que ocurría en los municipios de Guanajuato.
Edgar Nito mencionó que para recrear las escenas en las que muestra el robo de combustible se asesoró con ingenieros debido a la falta de información en los medios en aquel tiempo.
Huachicolero llega al GIFF sin distribuidora a pesar del éxito que ha obtenido en diversos festivales de cine en el extranjero.
“Aprovecho el espacio para animar a las distribuidoras que quieran difundir esta película que estamos seguros que la gente querrá ver y pide ver”, agrega el director.
En entrevista para Animal MX, Léycegui dice que hablar del huachicol aún le resulta delicado.
“En la película se habla del asunto huachicolero y se muestran escenas de cómo sucede el robo de combustible, según lo que cuentan los lugareños; creemos que es importante que se muestre en cualquier medio expresivo que hable de la realidad política de este país”, señala.
Más allá de la historia de amor que forma parte del hilo que conduce esta historia, la película busca dirigirse a adolescentes desesperados que podrían tomar decisiones apresuradas.
“Si algún adolescente en México ve esta película y decide tomar un camino distinto después de verla, nosotros estamos felices. No estamos a favor del huachicol ni es una apología a la violencia”, señala Nito.
Checa esta entrevista con Carlos Eduardo Banda, el protagonista de Huachicolero:
Además, Léycegui recuerda las historias de la refinería de Salamanca, donde la gente asiste y abre los tubos, además de los garrafones que llenan de gasolina o gente que nace y crece aprendiendo el “oficio” del robo de hidrocarburos.
“Todo este universo fue el que llevó a Edgar Nito a crear la historia de Huachicolero como su ópera prima ante un tema que aún no era llamativo en México”, agrega.
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Para Nito, el cine también tiene una responsabilidad social para hablar de los temas que rodean a las sociedades, en México y en el mundo.
“No podemos taparnos los ojos y decir que no pasa nada, hay que hablar de ello y la responsabilidad que tenemos de contar lo que está pasando en el país”.