Joker es una de las películas más esperadas de 2019. Tiene todos los elementos que atraerían a una gran audiencia: uno de los villanos más icónicos de la cultura pop + el premio de un prestigioso festival de cine + violencia explícita + la polémica por esa violencia explícita.
Estamos ante una película sorprendente no solo porque su director, Todd Phillips –quien solo había dirigido comedias como la saga ¿Qué pasó ayer?- ganó el principal premio en uno de los festivales de cine más prestigiosos del mundo con Joker.
También lo es porque es la primera vez que veremos en cine la historia del origen de uno de los villanos más populares del cine y los cómics: Joker.
Por si no has visto el tráiler, aquí está:
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Todos estos elementos nos llevan a preguntarnos: ¿qué es lo que hace de Joker una buena o mala película?
Por eso vamos a desmenuzar los elementos que la hacen destacable, pero también cuestionable.
Joaquín Phoenix es el Joker más perturbador del cine hasta el momento. Su actuación te lleva de sentir empatía a experimentar terror ¡en segundos!
La actuación de Phoenix resalta también por el trabajo de la cámara, que se centra en primeros planos de su rostro, en el que caben todas las expresiones que te puedas imaginar.
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Otro factor a a favor de Phoenix (quien irremediablemente será comparado con Heath Ledger) es que tiene una película para él solo, lo que hace que el personaje se vuelva redondo, es decir, ya no es solo el villano de una película de superhéroes, sino el “héroe” de su propia historia.
Joker sigue la historia de Arthur Fleck, un ser humano con padecimientos mentales que le impiden estar totalmente integrado en la sociedad.
Arthur trabaja de día como payaso y de noche se dedica a planear su carrera como standupero. A ratos, se le ve tomando terapia en un servicio gubernamental donde le proporcionan medicamentos para tratar sus enfermedades mentales.
La diferencia con las antiguas representaciones cinematográficas de Joker es que, esta vez, él representado como una víctima.
Es víctima de su madre, una mujer también diagnosticada con una enfermedad mental; es víctima de sus propios padecimientos mentales, del sistema económico que invisibiliza a los marginados, y de una sociedad indiferente hacia los menos favorecidos.
Arthur tiene que luchar contra adolescentes que le roban un letrero, contra su jefe que quiere despedirlo, contra su madre que permitió que abusaran de él en la infancia, contra oficinistas que lo molestan en el metro y contra un presentador de televisión que se burla de él.
También pelea por sobrevivir al recorte presupuestario del gobierno que le permite tener un tratamiento psiquiátrico.
Un día, bajo todas estas circunstancias, Arthur toma una decisión que va a desencadenar en él los rasgos de villanía que lo llevarán a lugares interiores y exteriores cada vez más oscuros.
Imagen: Warner Bros.
Porque es cruel, cruda y triste. Y esta vez no hay un héroe que nos salve de tantas asperezas.
“La peor parte de un trastorno mental es que la gente actúa como si no lo tuvieras”, dice Phoenix en alguna.
Joker cuestiona el comportamiento social hacia sectores marginados, personas con escasos recursos, con discapacidad y/o con padecimientos mentales, y explora las consecuencias que puede desencadenar este actuar social en personas vulnerables.
Como dijo Lucrecia Martel, presidenta del jurado del Festival de Cine de Venecia: “es una reflexión sobre los héroes y los antihéroes”.
Imagen: Warner Bros.
En su clase magistral en la UNAM, el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu habló sobre la representación de la violencia en el cine.
Dijo que la violencia genera una atracción primitiva y por eso todos queremos verla.
Subrayó que hay que hablar de violencia cuando es necesario. Pero que le parece inmoral cuando se utiliza solo como un medio de entretenimiento y glamourización, sobre todo en entornos donde se padece violencia real.
“Lo más importante es mostrar las consecuencias, si no se exploran el origen y las consecuencias de la violencia sí tengo un conflicto”, dijo el director de Birdman.
Y es ahí donde reside el gran “pero” de Joker: Hay una exploración del origen de la violencia, pero no hay consecuencia, sino justificación.
La violencia a la que está expuesto el protagonista termina en la exaltación de una víctima que se convirtió en victimaria.
Glamouriza la idea de que matar es la solución ante una sociedad indiferente con los marginados. Una secuencia erige explícitamente a Joker como un héroe.
¿Estamos culpando a la película de la violencia real? No.
Todd Phillips ha señalado que no se puede culpar a la película, al personaje (ni a ninguna obra de ficción en general) de los eventos violentos de la vida real. Y es verdad.
Warner Bros. señaló en un comunicado que una de las funciones de la narración de historias es provocar conversaciones difíciles sobre temas complejos.
Pero la glorificación de la violencia en el cine siempre será un tema polémico y cuestionable.
Joker se estrena en cines mexicanos el 4 de octubre de 2019.