“La comida es mi verdadero amor”, esa es la frase de presentación de Mar.ia, la primera influencer virtual 100% mexicana.
Mar.ia tiene pecas y la piel morena clara, lo mismo publica una foto cocinando que posando en un jardín rodeada de plantas.
“Soy fan de tener plantas por todos los espacios de mi depa. Martina (mi plantita) es una de mis consentidas porque ayuda a purificar el oxígeno humano, viene directita de Xochimilco”, dice Mar.ia en una de sus publicaciones.
Checa: Lil Miquela, la influencer con un millón de seguidores que “no existe”
Con apenas 5 fotos publicadas, Mar.ia, ya tiene más de 10 mil seguidores. Pero además de poner fotos de su vida, Mar.ia se pronuncia sobre temas sociales como la equidad de género, la salud mental y el medio ambiente.
A diferencia de otrxs influencers, Mar.ia no es un ser humano real, sino que es parte del cada vez más grande grupo de influencers virtuales, personajes realistas que se crearon por computadora, pero que pueden interactuar con lugares, objetos y personas reales.
Entre ellos podemos nombrar a Lil Miquela, Blawko y Shudu, que cuentan con millones de seguidores.
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Al igual que los influencers humanos, los virtuales muestran su vida en Instagram, qué ven, qué comen, con quién hablan, qué compran y con quién conviven.
Y aunque no están vivos, algunos de ellos han logrado contratos millonarios con marcas súper importantes como Calvin Klein y Dior.
¿Qué tan millonarios?, te preguntarás.
Pues solo en 2019 los creadores de Lil Miquela se llevaron a la bolsa 125 millones de dólares en contratos.
Y aunque todo parece ser asombroso no lo es tanto para influencers, modelos y fotográfos humanos, pues algunos de ellos están preocupados por la posibilidad de ser reemplazados por estos personajes.
¿Será este el futuro de la relación entre marcas e influencers?