Si Chris Evans es una de las muchas excusas que hacen veas Avengers: Endgame una y otra vez, tal vez es momento de que explores los estrenos de Netflix para que te encuentres con Operación Hermanos (The Red Diving Sea Hotel, por su nombre en inglés), una película basada en una historia real, protagonizada por el actor, en la que no necesita su escudo para formar parte de un equipo de héroes.
La cinta dirigida y escrita por Gideon Raff muestra cómo se llevó a cabo el rescate de miles de refugiados judíos etíopes quienes fueron trasladados de Sudán a Israel en la llamada Operación Hermanos, una misión encubierta del Mossad, una de las agencias de inteligencia del gobierno israelí.
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Haley Bennett, Alessandro Nivola, Michiel Huisman, Chris Chalk, Greg Kinnear y Ben Kingsley forman parte del elenco de esta cinta que está disponible en Netflix desde el 31 de julio. Si ya la viste y quieres saber más sobre la verdadera historia detrás aquí te contamos.
La Operación Hermanos se llevó a cabo entre 1979 y 1983 y fue una colaboración entre activistas y agentes del Mossad que buscaba trasladar a los grupos de judíos etíopes de los campos de refugiados en Sudán a Israel.
Esta comunidad, también conocida como Beta Israel, buscaban huir de la precariedad provocada por de la Guerra Civil que Etiopía vivió durante la década de 1970, además de la persecución musulmana. Los Beta Israel vivieron durante siglos en diferentes comunidades en el área de Tigray y Wolqayt, al noroeste de Etiopía.
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La ola de refugiados que buscaban una vida mejor no sólo estuvo integrada por judíos, la población en general comenzó a migrar hacia los campos de refugiados de Sudán en donde buscaban escapar de la guerra y la crisis de hambre.
En 1977, Ferede Aklum, se unió y comenzó a enviar cartas para pedir ayuda de las autoridades de otros países para, finalmente, recibir respuesta del primer ministro israelí, Menachem Begin.
Así fue como el Mossad recibió la orden de planear el rescate.
La Operación Hermanos fue comandada por un grupo de agentes encubiertos del Mossad, uno de ellos fue Daniel Limor quien en entrevista para Netflix menciona que él fue una de las personas que realizó “el estudio para evacuar a miles de personas de las zonas de guerra para traerlos a Israel (…) Así me volví el comandante de esta operación”.
Trasladar a los etíopes de Sudán a Israel resultaría menos arriesgado en barco, para ello los agentes pidieron ayudar a la Marina de Israel. En entrevista para BBC, un agente anónimo involucrado en la operación comentó que así es como llegaron a Arous, Sudán, en donde se encontraba un hotel abandonado en medio de la nada.
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“Para nosotros fue un regalo del cielo. Si podíamos quedarnos con este lugar y arreglarlo, podríamos decir que era un pueblo para hacer buceo y eso nos daría una buena razón para estar en Sudán y, además, para merodear por la playa”, agrega el agente.
Tener listo el resort tomó un año y abrió sus puertas para que los viajeros interesados en bucear y maravillarse con las reservas de coral de la costa de Arous se hospedaran. Contaban con el apoyo de la Corporación de Turismo Internacional de Sudán y gran parte de sus visitantes fueron europeos quienes hacían sus reservaciones en Ginebra sin tener la menor idea de lo que realmente pasaba en este lugar.
El hotel tenía 15 búngalos, cocina, comedor y vistas a la playa, la laguna y el mar por donde se embarcaba a los etíopes en las noches.
Yola Reitman fue parte de este equipo del Mossad. “Yo estaba a cargo del hotel, lo administraba. Esta operación fue muy gratificante porque estábamos salvando a cientos de personas”, comentó a Netflix.
Los agentes ingresaron a Sudán con pasaportes falsos y se presentaron ante las autoridades como emprendedores de una empresa suiza. Así alquilaron el hotel por tres años por 225 mil dólares, en este tiempo pusieron a salvo a más de 7 mil personas.
Los equipos con los que los agentes se comunicaban con sus compañeros en Israel ingresaron a Sudán escondidos en equipos de buceo, los cuales estaban bajo llave.
Durante el tiempo que estuvo abierto, el hotel se convirtió en un negocio rentable que no generaba gastos al Mossad, muchos de sus visitantes además de bucear también aprendieron a surfear en este lugar.