Cuando el reggaetón nacía en Puerto Rico en los años 90 -entonces se llamaba “underground”- era objeto de campañas de censura y las grabaciones blanco de redadas policiales debido a su carácter “pornográfico”.
Sí, desde su origen, el reggaetón ha tenido la reputación de ser hipersexualizante y misógino.
Pero ahora hay una nueva idea alrededor del reggaetón, que ya es un género mainstream como el pop: ¿qué tal si esta hipersexualización que antes era censurada hoy fuera interpretada, en cambio, como una forma de empoderamiento de las mujeres?
Para Petra Rivera-Rideau, profesora de Estudios Americanos en la Universidad de Wellesley en Massachusetts, el trabajo que están haciendo las mujeres en el reggaetón –Becky G, Natti Natasha y otras como la colombiana Karol G, la brasileña Anitta y la estadounidense Mariah Angeliq– “definitivamente puede verse como una forma de feminismo“.
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A principios de los 2000, cuenta la experta, las mujeres en el reggaetón eran percibidas “como problemáticas, demasiado sexuales, como que no eran ‘buenas chicas’ porque estaban en este tipo de espacios donde las mujeres respetables o las chicas buenas no deberían estar”.
En aquella época, la puertorriqueña Ivy Queen era la más conocida de un puñado de mujeres que interpretaban un género internacionalizado en 2004 por Daddy Yankee, con “Gasolina”.
“Yo quiero bailar” de Ivy Queen es clásica:
“Creo que gran parte de esta vigilancia policial hacia las mujeres en el reggaetón ha consistido en reforzar muchas suposiciones de que las mujeres deben ser modestas para ser respetables y dignas, y hay mucho peligro en esas narrativas”, añadió la experta, autora de un libro sobre la historia del género, Remixing Reggaetón, de 2015.
Para muchos, la representación de una mujer sexy latina siempre será criticada como un estereotipo y siempre habrá quienes “piensen que [el reggaetón] es horrible y vergonzoso”, prosiguió Rivera-Rideau.
“No obstante, también necesitamos espacios donde las personas puedan expresarse libremente. Y las mujeres merecen ser dueñas de su sexualidad y de sus cuerpos”.
Y a Becky G y Natti Natasha les encanta que la conversación sobre este tema esté cambiando.
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Rebecca Gómez es estadounidense-mexicana, tiene 24 años y la conocemos como Becky G. Y aunque sabe que el concepto de feminismo es distinto para todos, ella tiene una manera de definir de qué se trata: “mi manera de ser empoderada como mujer es decidiendo que, cuando voy ahí, es porque elijo ir ahí”.
¿Y “ahí” dónde es o qué? Becky G se refiere al lugar donde las artistas femeninas exploran su sexualidad sin inhibiciones ni vergüenza, en la misma línea que la realeza reinante del hip hop en inglés, como Megan Thee Stallion y Cardi B.
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Natti Natasha -que en realidad se llama Natalia Gómez– dice que tanto ella como Becky G “estamos en toda nuestra libre expresión”. “Estamos supercómodas. Si tanto Becky como yo no nos sintiéramos cómodas hasta ahora con una letra en la canción, no la cantaríamos”, explica la dominicana de 34 años que empezó su carrera tras mudarse a Nueva York y firmar con Don Omar.
Hace tres años, Natti Natasha y Becky G lanzaron “Sin pijama”, una canción con un video que alcanzó 1,800 millones de reproducciones en YouTube.
Ahora se juntaron de nuevo para “Ram pam pam”.
En lugar de decir ‘¿Ah? ¿Qué dijo ella?'”, cuenta, imitando la expresión de una persona escandalizada, “ahora te dicen ‘¡Bien, muchacha! Te veo. Tal vez no me atreva a hacer eso pero te veo’. Ahora es muy diferente”.