¿Qué es eso que llevas a todos partes en la mano? Lo que te acompaña en las noches cuando no puedes dormir, lo primero que buscas en la mañana cuando ni siquiera has abierto los ojos, eso a lo que eres adicto pero, por no tratarse de alguna sustancia, pasas por alto.
Sí, se trata del celular. Ese aparato que nos cabe en los bolsillos y que si no estamos checando nos da ansiedad… aunque ni siquiera tengamos una razón específica para abrir algunas de sus apps, aunque no tengamos mensajes o correos nuevos que responder. Bueno, el mismo que ni siquiera usamos para hacer llamadas.
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Tenemos el celular en las manos prácticamente todo el tiempo y eso nos perjudica a nivel emocional. Estar a segundos de una respuesta de cualquier tipo produce ansiedad, depresión e, incluso, aislamiento.
Si tienes la firme convicción de bajarle al tiempo que estás inmerso en los chismes de tus redes sociales o al simple hecho de estar scrolleando sin sentido te ayudamos a lograrlo con algunos consejos que van más allá de instalar un montón de apps.
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No necesitas las decenas de notificaciones que recibes cuando tienes el celular guardado en el bolsillo. ¿O realmente necesitas que Facebook te avise si hay un evento nuevo cerca de ti?
Desactiva las alertas que te aparecen cuando no usas el dispositivo, las que te indican cuántas notificaciones no has atendido en tus apps. Solamente quédate con aquellas que realmente tengan que ver con alguien que te esté buscando, por ejemplo, las de las llamadas, los mensajes de texto (sí, como abuelitos) y tal vez los mensajes de Whatsapp.
Sí, elimina el color de tu pantalla porque eso es lo que te atrae a las muchas apps que no tienes que estar revisando cada 10 minutos.
Por naturaleza, el color rojo atrae a la vista, es por ello que está presente en muchos de los logotipos de las apps y redes sociales. Por ejemplo, las notificaciones de Facebook, son de ese color.
En la configuración de tu dispositivo busca cómo quitarle los colores, esto hará que tu cerebro no identifique la urgencia de una notificación que ya no es roja y, por lo tanto, no implica alerta.
Haz una lista de las apps que realmente son primordiales para tu día a día, por ejemplo, los mapas para que no te pierdas o el calendario para que por la mañana puedas ver tu agenda.
No necesitas tener todas esas redes sociales que simplemente te quitan el tiempo, las mismas que están diseñadas con scroll infinito para que las novedades prácticamente nunca se terminen y te tengan enganchado.
Somos adictos a las redes sociales y al chisme que vive en ellas. Esto puede ser como la comida y al hecho de ponerse a dieta: aprender a racionar y a discernir qué sí necesitas y qué es mera gula.
Diario nos damos tremendos atracones de contenido en redes sociales, qué tal si racionamos el tiempo y le quitamos la inmediatez optando por verlas desde la computadora.
Sin apps de redes te vas a quitar la tentación de estar en el celular siempre y en todos lados.
¿Conoces alguien que despierte por si mismo o que no use el celular como despertador? Sí, la gente de generaciones anteriores al boom de los smartphones.
Despiertas con tu celular y lo primero que haces no es simplemente apagar la alarma y seguir con tu vida. Te pones a revisar qué pasó en el mundo mientras dormías, si la foto que subiste antes de dormir tiene muchos likes, ¿eso es realmente útil?
Deja este hábito del lado y cómprate un despertador con radio y hasta vas a poder escuchar las noticias y música nueva sin que se te haga tarde… los locutores siempre están diciendo la hora.
Ya te compraste el despertador pero sigues teniendo el celular al lado de tu cama. No uses la excusa de que lo pones a cargar en el noche, claro que puedes hacerlo pero incluso fuera de tu cuarto (por aquello de la tentación).
La luz de la pantalla del celular engaña al cerebro y lo hace creer que es de día, por eso vienen problemas como el insomnio.