En esta década dimos el BBpin y recibimos alertas en radios de Nextel; enviamos zumbidos en MSN y comentamos fotografías en Metroflog. Todo en 10 años.
Yyyyy, bueno, esta escena de ‘A él no le gustas tanto’ resume cómo nos sentimos con tantas formas de comunicación.
Vimos pasar redes sociales que se extinguieron y otras que siguen vivas a pesar de los escándalos.
Como parte del fin de década -y sin entrar en detalles si realmente termina o no- hicimos un recuento de apps que no sobrevivieron y platicamos con un experto sobre qué tipo de contenido digital podría dominar los años que vienen.
Ignacio de los Reyes, consultor y experto en contenidos digitales, nos da sus razones de por qué las siguientes desaparecieron:
Ohh, Vine… muchos pasamos horas echados en la cama viendo videos de pocos segundos, ¡pero muy graciosos! Nació en junio de 2012 y ese mismo año fue adquirido por Twitter.
“Parecía tenerlo todo para triunfar: un formato sencillo, ágil y divertido; influencers que creaban videos en bucle y conseguían amasar miles de vistas y una audiencia joven que conectaba con la app”, dice Ignacio.
Para él, Vine cometió dos grandes errores: tardó demasiado en innovar y no supo ofrecer un modelo de monetización claro, algo relacionado con el fracaso de muchas apps.
“Vine no sedujo a los anunciantes y frustró a los creadores, que huyeron en desbandada a otras plataformas que les ofrecían mejores herramientas creativas y modelos de monetización de sus videos, como YouTube o Instagram”.
Sin embargo, sirvió como catapulta para nuevas generaciones de creadores de contenido (cof, cof, Juanpa Zurita, Richie O’farrill o Nath Campos).
¿Alguna vez viste a un grande caer? Google no pudo sumarse a la era de las redes sociales, pues su apuesta, llamada Google+ (G+), quedó en el olvido.
Se creó en 2011, justo después de Google Buzz, otro intento de la gran empresa para entrar en el mundo sociodigital. La gran piedra en el zapato para este segundo intento de supervivencia fue Mark Zuckergberg.
“Sin un valor diferencial claro con respecto a Facebook, muchos usuarios se cuestionaron por qué tomarse la molestia de trasladar todos sus datos y comenzar de nuevo a tejer vínculos online cuando llevaban años haciendo lo mismo en Facebook”, agrega Ignacio.
Sin más, la app se discontinuó para consumidores en abril de 2019.
Ok, partamos de algo: MySpace no ha desaparecido (WHAAAAT?)
No te cuenteamos, amigo Pug.
Así es, la app típica adolescente simplemente dejó de ser relevante para la competencia.
Los orígenes de MySpace se remontan a agosto de 2003 y durante años fue la red social más utilizada en el mundo. Su declive en Latinoamérica comenzó en 2006, cuando llegaron plataformas como Metroflog y Fotolog. El último gancho al hígado mundial llegó en 2008 cuando fue sobrepasado por Facebook.
“Hoy quedó como una pieza de museo para los nostálgicos de los primeros pasos de las redes sociales”.
A estas redes sociales del recuerdo pueden agregarse:
Hi5: Una red que funcionaba similar a MySpace, pero con el agregado de atractivos juegos en línea. Podías decorarlo, agregar música y checar quién visitaba tu perfil.
Musical.ly, que eventualmente se convirtió en TikTok.
Relay: ¡era divertidísima! En esta app podías enviar gifs ad hoc a tu conversación (tal como ahora lo haces en casi todos lados), pero tus datos volaban bastante rápido.
Foursquare: su idea principal era hacer check-in en lugares específicos para ir ganando puntos. Por hacerlo te daban recompensas llamadas badges y podía ganar alcaldías (mayorships), algo así como convertirte en el rey o la reina de ese lugar.
La creación de Mark Zuckerberg ha dejado fuera de la batalla a muchas apps y sigue compitiendo con otras más (¡venga, Twitter!)… el punto con Facebook es que si no quiere pelear ¡compra a su competencia! ( ? Messenger, Instagram o WhatsApp).
No me importa que no te guste Facebook. Atte, Facebook.
Para Ignacio de los Reyes, el cual por cierto tiene un podcast que deberías escuchar, la razón del éxito se basa en tres razones:
“En una década pasó de ser la app para conectar con las personas que más quieres a una plataforma compleja que sirve a la vez para ver contenido en video, leer noticias, vender productos, crear eventos, revisar cumpleaños familiares, contactar por mensajes con una empresa o hasta encontrar pareja”.
2. Su privilegiada posición como líder en el mercado de las redes sociales que le permitió adquirir productos que podían suponer una gran oportunidad para mantenerse como número uno o que se vieron como una amenaza a este liderazgo.
3. Su claro modelo de monetización.
Lo que quiere Facebook de ti.
Peeeeero, su inmenso tamaño podría ser uno de sus grandes desafíos para 2020. Debemos cuestionarnos: ¿está dejando Zuckerberg que haya libre competencia o monopoliza la vida social en internet?
En mayo de 2019, Chris Hughes, cofundador de Facebook Inc y ex compañero de habitación de Mark Zuckerberg, dijo en The New York Times que “es hora de romper con el monopolio de Facebook y controlarlo”.
En un artículo de opinión, Hughes fue crítico y claro respecto a su sentir:
“Estoy decepcionado conmigo mismo y con el primer equipo de Facebook por no pensar más en cómo el algoritmo de News Feed podría cambiar nuestra cultura, influir en las elecciones y empoderar a los líderes nacionalistas”.
Deja claro que la influencia de Facebook es enorme, “mucho más allá que la de cualquier empresa privada o el gobierno”. Enfatiza que el problema radica en que Zuckerberg tiene el control del 60 % de las acciones con derecho a voto y que funciona más como un comité asesor que como un supervisor.
Es decir, Hughes dice que el CEO de Facebook puede decidir cómo configurar los algoritmos de Facebook para determinar qué ven las personas en sus noticias, qué configuración de privacidad pueden usar e incluso qué mensajes se entregan, entre otros.
Para de los Reyes, uno de los grandes desafíos para Facebook en la próxima década es convencer a los reguladores, sobre todo a Estados Unidos y la Unión Europea, de “que tener bajo su dominio productos con cientos de millones de usuarios en todo el mundo, como Facebook, Messenger, Instagram o WhatsApp, no es una amenaza a la innovación ni a la libre competencia”.
Antes de continuar ten un pequeño respiro y échate este video sobre la eterna lucha entre Apple y Android:
Dejando atrás a Facebook, Ignacio opina sobre el tipo de contenido que podría reinar la próxima década.
“Las barreras de la realidad y ficción se difuminarán. La realidad aumentada y la realidad virtual pueden abrir nuevas oportunidades para hacer de los videos experiencias más inmersivas y creativas”.
¿Y qué debería preocuparnos? El riesgo de los deepfakes como herramientas de engaño. Los usuarios e usuarias pondrán a prueba su capacidad para diferenciar el contenido que es real del que no lo es.
Como dato: esta tecnología es capaz de poner palabras en tu boca que no hayas dicho, de crear un rostro idéntico al tuyo y de imitar tus gestos al más mínimo detalle.
Para finalizar, le preguntamos al experto qué pasará con los influencers cuando redes como Instagram remuevan por completo su contador de likes.
“Los influencers están para quedarse, pero solo los que sepan adaptarse a los cambiantes formatos de contenido seguirán siendo relevantes de aquí al 2030. Las marcas tendrán que aprender a crear contenido online como lo hacen las estrellas digitales, los líderes de negocio tendrán que comportarse más como influencers, y los influencers cada vez más como líderes de negocios”.
El camino al 2030 será una gran oportunidad para los micro y nano influencers, con menos seguidores que las celebridades, pero con mayor credibilidad entre públicos específicos.
¡La siguiente década podría ser la tuya en cuestión de fama!