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Ago 01/2019

Este sensor analizará muestras en Marte: ella es la mexicana Caro Gallardo

Carolina Gallardo tenía 13 años cuando visitó el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA y vio la réplica del telescopio espacial Hubble y un transbordador espacial. 

Fue ahí cuando supo que en el futuro le gustaría hacer algún artefacto que pudiera viajar al espacio.

Su historia empieza como la de muchos científicos e ingenieros que han dedicado su vida a desarrollar conocimiento relacionado con el espacio: encontró su vocación desde pequeña

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La carta que cambió su vida

Su afición la llevó a ganar una beca con la que pudo irse a Estados Unidos a estudiar inglés y a conocer a Edward J. Weiler, entonces investigador en jefe del telescopio espacial Hubble de la NASA, al cual le había escrito una carta luego de ver una entrevista en televisión. 

Gracias a esta carta, Carolina Gallardo pudo visitar el centro Goddard y tomar esa decisión de carrera que definiría su vida. 

Carolina estudió Ingeniería Física en la Universidad Autónoma de México (UAM) –donde tuvo su primer contacto con la nanotecnología–  y después se especializó con dos maestrías en el área espacial, una de las cuales le permitió trabajar el proyecto final en algún centro espacial del mundo. 

Esta joven ingeniera quiso volver a la NASA, donde de niña admiró la réplica del telescopio Hubble. 

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Su trabajo con la NASA y Marte

En la NASA colaboró con la miniaturización de instrumentos científicos para misiones planetarias y en concreto, con el desarrollo de la miniaturización de un analizador de moléculas orgánicas para Marte que buscará signos de vida pasada o presente. 

En las misiones a la Luna o a Marte, cuando se recolectan pruebas es necesario o enviar la información a analizar a la Tierra o regresar la prueba completa para su análisis. 

Pero el dispositivo en que colaboró Carolina –junto con otros muchos especialistas– hará la diferencia en los futuros viajes espaciales. 

“Lo que ya se va a hacer con este sensor es analizar la prueba in situ, esto va a servir para conocer toda la química orgánica en todo el Sistema Solar, en específico, en Marte. Además de que también sirve para detectar cáncer o compuestos orgánicos en el ser humano”, explica la ingeniera. 

Este sensor ya está operando aquí en la Tierra y todo lo desarrollado en este proyecto se aplicará en la próxima misión a Marte. 

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“Estos datos científicos que yo estuve trabajando hace unos años serán utilizados para este rover por primera vez y para siguientes misiones”, asegura Carolina. 

Se planea que la misión de 2020 a Marte despegue de Cabo Cañaveral, Florida, entre el 17 de julio y el 5 de agosto y aterrice en el cráter Jezero del planeta rojo el 18 de febrero de 2021. 

La misión durará un año marciano (687 días terrestres) y se espera que en este tiempo el rover –inspirado en la misión Curiosity– no se mueva, sino que excave y acceda a roca y capas de suelo que permitan dar información sobre vestigios de vida microbiana en el planeta rojo. 

Este transmisor ayudará a analizar las pruebas que recolecte el rover.