¿Recuerdas el capítulo de Black Mirror cuando una mujer compra un software que le permite reconectarse con su marido muerto? Pues Microsoft pretende desarrollar la tecnología necesaria para “revivir” personas y que podamos hablar con ellas a través de un chatbot.
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A inicios del mes pasado, la empresa patentó ante la Oficina de Patentes y Registro de Marca de Estados Unidos un desarrollo que permite “crear un chatbot de conversación con una persona específica”.
Un chatbot normal es un sistema que simula una conversación humana, lo hace a través de la implementación de un sistema de diálogo y van aprendiendo nuevas tareas conforme “hablan” con distintos usuarios.
¿Qué es lo que intenta hacer Microsoft? En lugar de utilizar los métodos tradicionales de entrenar chatbots usando las conversaciones, lo que busca es crear un chatbot con la información de una persona en específico.
El sistema utilizará información en redes sociales como imágenes, notas de voz, publicaciones, mensajes electrónicos y cartas para construir el perfil de una persona.
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“Los datos de redes sociales se pueden utilizar para crear o modificar un índice especial de un tema o de la personalidad de una persona. Este índice especial podría utilizarse para entrenar al chatbot para conversar e interactuar con la personalidad de una persona específica“, dice el documento de la patente.
El chatbot de Microsoft, indica el documento, podría sonar incluso como la persona real.
“En algunos aspectos, un tono de voz de una persona en específico podría ser generada utilizando grabaciones e información de audio relacionada con esta persona”.
La cosa no termina ahí. El mismo archivo señala que se podría generar un modelo en 2D o 3D de alguien utilizando imágenes, información detallada (depht information) o videos asociados a esa persona.
“La persona específica podría responder a una entidad pasada o presente (o una versión de la misma), como un amigo, un familiar, un conocido, alguna celebridad, un personaje ficticio, una figura histórica o alguna entidad aleatoria”.
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