Qué real es la frase de que en la CDMX “encuentras de todo”. Quesadillas sin queso, museos, piratería de todo tipo de artículos, delicias dentro de bolillos… y temblores. Porque sí, la ciudad de México también es epicentro de sismos. ¿Hay algo que no pase en la capital?
México es una zona sísmica porque forma parte de algo llamado “El Cinturón de Fuego”. Spoiler alert: es tan aterrador como suena. Este “cinturón” es la zona con más actividad volcánica y sísmica de todo el planeta, porque ahí convergen la mayoría de las placas tectónicas.
Este cinturón recorre más de 40 mil kilómetros a través de la Tierra y pasa por lugares como Nueva Zelanda, Rusia, Japón, Guatemala y, como ya dijimos, México, porque es bien sabido que eso de tener buena suerte no es lo nuestro.
Chilango comiéndose un boliliito pa’l susto después de un temblor. Imagen: Cartoon Network
Ahora, volviendo a México, el Servicio Geológico Mexicano cataloga las zonas sísmicas de nuestro país en la siguiente escala:
A: donde no se tienen registros de sismos en los últimos 80 años.
B: un área intermedia donde se registran sismos no tan frecuentemente.
C: área intermedia con sismos un poco más frecuentes.
D: donde se han registrado grandes sismos (el Pacífico mexicano).
La capital mexicana está catalogada como zona B, pero se hace énfasis en que sí es afectada por temblores de otros puntos del país.
La nota completa la encuentras en Newsweek en Español: Epicentro en CDMX, la angustia bajo los pies
La mayoría de los temblores en la CDMX son consecuencia de sismos en otros estados de la República, principalmente en las costas del Pacífico, sin embargo, la capital mexicana también puede ser el epicentro.
Esto se debe a pequeñas fallas activas que atraviesan nuestra hermosa capital y porque hay tensión regional acumulada derivada del hundimiento del Valle de México.
Ah, sí, porque además de los temblores nos estamos hundiendo, pero esa es otra historia.
Las fallas que se encuentran bajo la CDMX son mucho más pequeñas que las de otros estados de la costa del Pacífico, por lo que la magnitud de los sismos es mucho más baja.
Sin embargo, al ser el epicentro, los sismos se sienten como un jalón o un empujón súbito, como si Godzilla estuviera a punto de emerger del suelo.
Godzilla llegando a la CDMX. Imagen: Twitter
Sí y no. O algo así.
Lo que pasa es que tras grandes actividades sísmicas, las fallas que existen se pueden romper, desacomodar o reactivar, causando pequeñas réplicas y temblores posteriores. Esto sucedió después del terremoto de 1985 y es muy probable que haya sucedido tras los de 2017.
Si crees que es porque cuando el epicentro es la CDMX no da tiempo de que nos alerte… estás en lo correcto.
La alerta nos advierte que vienen unas ondas sísmicas, pero si esas mismas ondas se originan en el Valle de México… pues cómo le va a dar tiempo para alertar que vienen. Si ya están aquí, ¡o sea!
Además, vale la pena recordar que la alerta sísmica solo detecta sismos que se originan en el Pacífico mexicano.
Entonces, si no tenemos alerta sísmica, ¿qué podemos hacer?
Básicamente nada. Sólo nos queda estar alertas y preparados para evacuar o replegarnos durante el sismo. No olvides tener una mochila de supervivencia siempre, pila en tu celular y ubicar siempre las salidas de emergencia del lugar donde estés.