La tercera temporada de la serie animada para adultos Big Mouth llegará a Netflix este 4 de octubre.
Queremos mucho a Big Mouth porque habla de todos los temas que nos incomodaban y nos daban curiosidad en la adolescencia: ¿por qué hay pelo aquí? ¿por qué estoy tan enojadx y luego tan feliz? ¿qué hago cuando los niños me molestan porque mi cuerpo está cambiando?
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Big Mouth no solo nos ha enseñado mucho sobre la adolescencia, también nos ha hecho repensar las formas en las que nos hemos relacionado y cómo podemos cambiar nuestros comportamientos tóxicos en la adultez.
Para celebrar que ya viene la tercera temporada, vamos a pensar en lo que hemos aprendido sobre sexualidad gracias a Big Mouth.
Nadie nos dijo que la pubertad sería un monstruo literalmente, hasta que llegó Big Mouth a materializarlo a través de los monstruos de las hormonas que siguen a cada personaje.
Al principio los personajes de Big Mouth se sienten incómodos con su presencia, pero tarde o temprano aprenden a lidiar con su monstruo, incluso, se dejan guiar por esa criatura que los lleva a seguir sus impulsos sexuales y se convierte en un guía de la pubertad.
“Te comprarás lápiz labial y escucharás música deprimente, le gritarás a tu madre y luego te reirás hasta las lágrimas”, esta línea es obra del monstruo de la pubertad.
Sí, bueno, esto no debería sorprendernos, pero ¡sorpresa! Existen personas que no lo sabían.
Big Mouth aborda el tema desde sus primeros episodios y dedica muchos capítulos a hablar sobre la sexualidad femenina y la masturbación.
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Para la especialista Fabiola Trejo, el tabú de la masturbación se sustenta en la reducción de la sexualidad femenina a la procreación.
“Todo acto sexual no reproductivo (en mujeres) es castigado social y culturalmente a través de la historia. La sexualidad femenina debe ser justificada únicamente en función del otro, el placer de la mujer por y para el otro, nunca para ella misma. Con base en esta premisa se construyen mitos, falalacias y normas para vigilar y castigar conductas sexuales autónomas como la masturbación”.
En un episodio Jessi, uno de los personajes de Big Mouth, tiene su primer periodo: se siente incómoda, triste, piensa que la naturaleza es injusta con las mujeres y, abrumada, escucha pláticas sobre tampones y toallas femeninas.
Big Mouth aborda directamente lo incómoda que puede ser la menstruación, y le compone una canción extrañamente tranquilizadora: Everybody bleeds (Todos sangran), basada en el éxito Everybody Hurts, de REM.
“No, no, no estás sola. Porque todos sangran. De vez en cuando. Así que déjalo fluir”, dice la letra.
Big Mouth no solo nos divierte y recuerda lo difícil de la pubertad, también cuestiona viejos modelos de relaciones entre humanos.
Insiste en criticar los comportamientos tóxicos de los hombres: “¿No puedo estar caliente y ser decente al mismo tiempo?”, pregunta Andrew a su monstruo de la pubertad, con una convicción real de no ser un hombre tóxico.
En Big Mouth tenemos al mago de la vergüenza, pero también a los niños que pueden ser crueles cuando experimentas cambios hormonales en la pubertad.
Jessi, Missy y Gina son capaces de hacer frente a todos esos monstruos, tangibles o intangibles, que podrían atacar la percepción que tienen sobre sí mismas, su autoestima o estabilidad emocional.
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