De cuando en cuando, a todos nos gusta quedarnos en casa, olvidarnos del mundo y ver toda una temporada (o dos, o tres) de nuestra serie favorita. Lo que menos pensamos es que nuestros fines de semana de Netflix and chill también tienen un impacto ambiental.
Ok, ok, antes de que creas que ya nos pusimos intensos, vamos por partes. El flujo de datos digitales, necesario para que podamos ver series y películas desde cualquier dispositivo, implica el uso de energía eléctrica. En su mayoría esta es generada por petróleo, gas o carbón, produciendo dióxido de carbono.
The Shift Project, una ONG francesa que busca reducir la dependencia a los combustibles fósiles, detalla en un reciente informe que los videos online consumen 60% del flujo de datos del mundo.
(Nickelodeon/Giphy)
Por el uso de energía eléctrica que requiere, esto implica la emisión de unas 300 toneladas métricas de dióxido de carbono (MtCO₂) sólo en un año. ¿A qué equivale? A 60% de todas las emisiones de CO₂ de México en 2017, según datos de The Global Carbon Atlas.
El streaming (como Netflix, HBO Go o Amazon Prime) representa 34% de todos esos videos online, por lo que su consumo produce unas 102 toneladas MtCO₂ al año. Esto es similar a las emisiones anuales de países como Chile, Finlandia o Nueva Zelanda, y casi un quinto de las de México, según Carbon Atlas.
El reporte, realizado por un panel de expertos en tecnología digital y video en línea, utilizó cifras del tráfico global de internet en video y su respectivo consumo de energía.
La organización señala que, así como pensamos en autos, fábricas o aviones al hablar de reducir emisiones de carbono, también debemos considerar el impacto ambiental de nuestro consumo digital.
Después del streaming, la pornografía representa 27% del consumo de datos de video y 5% de los gases de invernadero producidos por tecnologías digitales. Esto equivale anualmente a 81 toneladas de dióxido de carbono (MtCO₂), similar a todo el CO₂ que emite Colombia ¡al año!
(Giphy)
El tercer lugar lo ocupan los “Tubes”, como cataloga el estudio a YouTube y otras plataformas similares, que representan 13% de todo el flujo de datos digitales a nivel mundial.
¿Cuánto CO2 producen? Casi el doble de las emisiones anuales de Cuba.
Los videos alojados en redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram o Snapchat, representan 18% del flujo de datos restante. Esto se traduce en unas 54 toneladas de CO2, más que las emitidas por Suiza en todo un año.
¡Tranquilo! No se trata de que corras a cancelar tu suscripción de Netflix o sientas una punzada de culpa cada vez que ves un video en YouTube.
En realidad, esta informe busca impulsar el uso de energías alternativas e incluso apunta que se debe incentivar a los reguladores del espacio digital para que consideren el impacto ambiental al crear nuevas tecnologías.
En el peor de los escenarios, previsto para las siguientes décadas si el ser humano falla en reducir su huella de carbono, “será necesario priorizar la asignación de recursos en función de los usos, para adaptarse a los límites físicos del planeta”, señala el informe.
Si quieres saber más y llevar un registro de la huella de carbono de tu consumo digital, puedes descargar un plugin para tu navegador. Algunos de los más populares son Earth Mode (creado por Jhonny Walker) y Cloud Carbon para Chrome, o Carbonalyser para Firefox.