¿Cuántas horas pasaste hoy scrolleando en TikTok e Instagram? ¿Has sentido esa ansiedad de “no tener nada que hacer”? ¿Quieres mantenerte ocupada tooodo el tiempo? ¿Ya aplicaste la vieja confiable de poner qué hacer cuando estoy aburrido Google voy a tener suerte? Respira tres veces y lee esto: el aburrimiento es sano.
Sí, sí, sabemos que esa afirmación contradice a todo lo que nos han enseñado desde peques, cuando las personas mayores hablaban sobre el aburrimiento como de algo que debía evitarse a toda costa.
Peeero… en realidad es bastante sano para nuestra salud emocional y mental.
Para empezar, habría que sacudirnos un poquito las preconcepciones sobre el aburrimiento.
Lee: Amistad es amigo: cómo hacer nuevas amistades cuando crecemos (y por qué nos cuesta tanto)
“Lo tenemos muy estigmatizado al aburrimiento, muy castigado, y nos castigamos a nosotras cuando nos aburrimos“, dice la psicóloga Blanca Sánchez del Valle, especializada en terapia racional emotiva.
Primero, explica la especialista, tendríamos que entender que esos momentos de “no hacer nada productivo” nos ayudan a estar en contacto con nosotras mismas.
La psicóloga recomienda tomar algunos ratos para contemplar los momentos cool de la semana, o para reflexionar sobre ciertas situaciones que atravesamos, “pero le tenemos mucho miedo tanto a estar solos como al aburrirnos”.
Lo sabemos: vivir sin celular en estos tiempos (aunque sea un ratito) parece una locura. Con ese aparatito nos comunicamos, nos divertimos, nos informamos, nos distraemos, ¡todo!
“Estamos muy estimulados y no nos damos chance de estar con nosotros mismos. Sentimos que necesitamos «estar en contacto con» o «enterarme de»”, dice Blanca Sánchez.
A Blanca y a su hermano, como a muuuuchas mexicanas, su mamá las despertaba los fines de semana súper temprano para que “no se aburrieran de flojos” y para que “no perdieran el tiempo”.
Checa: Tres series que derriban los estigmas sobre la salud mental
¿Y a cuántas personas no nos han educado así? Como si nunca hubiera que perder el tiempo y en todo momento debemos hacer algo “productivo”.
“Es una demanda muy fuerte que tenemos del mundo, pero el aburrirnos cumple una función de homeostasis, que es el equilibrio en donde no estás ni ansiosa, ni deprimida, ni enojada. No estás con un estado alterado de conciencia, sino en paz”.
La psicóloga Blanca pone un ejercicio a sus pacientes: apaga la tele, apaga el celular, siéntate o recuéstate en la sala o en tu cuarto y no enciendas las luces.
Estando así, a oscuras y sin ninguna otra estimulación, analiza lo que sientes, piensa en lo que hiciste esta semana, qué te gustó, qué te hizo reír.
Esta es una forma de aprender a estar contigo misma. Puede ser desesperante al inicio, pero tiene beneficios para tu salud mental y emocional.
Checa: Diario emocional: por qué es importante aprender a identificar lo que sientes
Bueno, bueno, si ya pasaste por todo lo anterior y viste que puedes pasar tiempo contigo, te tenemos noticias: del aburrimiento también pueden surgir momentos de creatividad. Sí, eso de “quedarte en la nada” puede generar grandes ideas o a clarificar pensamientos.
Ahora que si quieres hacer alguna otra cosa: aprender a bordar es una gran actividad que puedes hacer.
¿O qué tal la jardinería? Puedes cuidar a tus plantitas de casa y hacerlas más felices.
Algo súper cool es aprender Lengua de Señas Mexicana o a tocar algún instrumento.
Y si ya estás en un súper plan de asistir a talleres presenciales, te recomendamos estos en CDMX de cerámica, macramé y encuadernado.