Imagina que mañana sales por la puerta de tu casa y ves muchos más árboles que de costumbre. Pasas a tu cafetería favorita y te dan tu bebida en un termo reusable que luego puedes devolver. Hay sólo unos cuantos autos en las calles, hay menos tráfico, menos ruido y llegas más rápido y por menos dinero a tu destino.
Además, el aire se siente más fresco que nunca, te sientes con más energía y tienes más tiempo para disfrutar de tus actividades favoritas y para estar con tus amigos y familia.
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Suena como un sueño, ¿no? Pues todo eso y muchas otras cosas que ahora nos parecen increíbles podrían pasar si logramos vencer la crisis climática que amenaza con devastar el planeta.
Seguramente has escuchado mucho de los escenarios horribles que los científicos predicen si no frenamos la crisis climática. En este momento, estamos perdiendo la lucha, pero ¿cómo sería ganarla?
El Foro Económico Mundial se dio a la tarea de imaginar cómo podrían ser nuestras vidas si para 2030, en lugar de sufrir los efectos de la crisis climática, lográramos frenarla.
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El agua y el aire que respiramos están más limpios y hay más espacios verdes que nunca. Y esto es porque tenemos sólo autos eléctricos y los utilizamos de manera más eficiente, evitando los vehículos privados e incentivando su uso compartido. De hecho toda la electricidad que utilizamos a diario viene de fuentes de energía renovable y con muy pocas o nulas emisiones.
Si eliges llamar a un automóvil, un algoritmo calculará la ruta más inteligente para el vehículo y recogerá a algunas otras personas en el camino. Esto ayuda a que ya no haya tanto tráfico y que los traslados sean más rápidos y más baratos. Así reducimos la contaminación de la ciudad y hasta conocemos gente nueva todos los días.
También puedes optar por viajar en bicicleta, scooter o transporte público porque se les ha dado prioridad a estos sistemas más eficientes e incluyentes.
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Hay menos ruido y mucho más espacio para parques y caminos peatonales con plantas y comercios. Todo el espacio que antes se usaba como estacionamientos está ahora disponible.
La gente está probando nuevas formas de vivir, con funciones y espacios más compartidos en casas, departamentos y oficinas. Esto significa que más personas pueden darse el lujo de vivir en las ciudades.
Para comer hay un montón de opciones deliciosas, la mayoría vegetarianas o veganas, ya que hemos reducido nuestro consumo de carne y lácteos, así como de alimentos procesados. Todo esto a su vez ha ayudado a mejorar la salud de la población.
La agricultura también ha cambiado mucho. Gran parte de la tierra que antes se usaba para criar ganado se utiliza ahora para cosechar frutas, vegetales y legumbres.
Cuando compras algo, es algo que dura y lo compras porque realmente lo necesitas y quieres cuidarlo. Los plásticos de un solo uso son un recuerdo lejano, ya nadie usa empaques desechables.
Pedir un café para llevar significa que viene en una taza o un termo reutilizable que puedes entregar en la próxima cafetería para recuperar tu depósito. El mismo sistema se aplica en el supermercado, para las botellas de plástico y muchos otros envases.
Y ya que compramos muchas menos cosas innecesarias, podemos comprar productos de mejor calidad y diseño. “Rechazar, reutilizar, reducir, reciclar” es la nueva forma de ver los productos: si no lo necesitas, lo rechazas; si lo compras, lo usas una y otra vez; y al final lo reciclas.
Todos los envases están hechos de tres tipos de plástico u otros materiales nuevos y ecológicos, por lo que el reciclaje es mucho más fácil en estos días.
A medida que las personas en las ciudades han comenzado a valorar la naturaleza, actividades como el ecoturismo son una excelente fuente de ingresos para las personas que viven en zonas rurales. Los bosques y la naturaleza se están extendiendo nuevamente por todo el mundo.
La gente viaja más en su región y en tren, por lo que el tráfico aéreo ha comenzado a disminuir. La mayoría de las aerolíneas han cambiado a biocombustibles o electricidad.
Lo mejor de todo es que como hemos dejado de comprar tantas cosas, tenemos más dinero para gastar en servicios como educación, entretenimiento, limpieza, comidas saludables, experiencias y fabulosos restaurantes nuevos.
Y gracias a que tenemos más dinero y más tiempo, podemos pasar más momentos con amigos y familiares, hacer deporte, practicar una actividad artística, aprender nuevas habilidades… hay tantas posibilidades.
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Si imaginamos así el futuro, tomar acciones para hacerle frente al cambio climático no parece tan malo o difícil después de todo, ¿no?
En los últimos años, y en especial en los últimos meses, conceptos como “cambio climático” o “calentamiento global” han comenzado a ser sustituidos por otros como “crisis climática” o “emergencia climática”.
¿Por qué este cambio? Básicamente por dos cosas: evidenciar que estamos ante una emergencia, e incentivar a la gente, y en especial a los gobiernos, para que actúen ¡ya!
Y aunque no va a faltar quien piense que “no sirve de nada” o “es muy difícil”, lo cierto es que aún estamos a tiempo de evitar las peores consecuencias del cambio climático y de mejorar los pronósticos ante esta crisis.