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Dic 25/2019

¿Cruda? Pues ni los chilaquiles ni la pancita te la van a curar, ¿entonces?

Foto: Michael Discenza | Unsplash

Dolor de cabeza, boca seca, náuseas, mareos, es muy posible que hoy te hayas despertado con estos o más síntomas característicos de: La Cruda.

Ese malestar generalizado parece que castiga a nuestro cuerpo por los excesos de la noche anterior y es súper común tras grandes celebraciones como Navidad y Año Nuevo.

Aaaah, pero anoche.

Seguramente te verás tentado a recurrir a uno de los muchos remedios para la cruda más populares: pancita caldosa, unos chilaquiles picositos, un café cargado, pasar el día durmiendo, hacer ejercicio… o hasta volver a beber.

La Cruda tiene un nombre científico: veisalgia, y es un conjunto de síntomas que, aunque pueden variar, se caracterizan por ser un malestar general de estómago irritado, náuseas, vómito -en ocasiones diarreas-, y desórdenes del sistema nervioso.

Todo este proceso deshidrata las meninges (membranas que cubren el cerebro), dilata los vasos sanguíneos y baja el nivel de azúcar.

¿Te duelen los músculos? Es por la pérdida de electrolitos, como sodio y potasio, y esos mareos y sed intensa es por causa de, nada más y nada menos que, deshidratación.

Aunque los estudios han avanzado en nuestro conocimiento sobre todo lo que nos produce el consumo excesivo de alcohol, la realidad es que aún hay muchísimos mitos alrededor de la cruda.

¿Están listos? Te contamos los más populares.

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Mito 1. ¿Un buen desayuno con pancita o chilaquiles?

¡Ah, la pancita! (o menudo, depende de en qué parte del país estés).

Sin duda es uno de los remedios mexicanos favoritos para La Cruda, y aunque definitivamente ayuda, no es taaan efectiva como para que las médicas la recomienden.

La doctora y nutrióloga Mariana Reynoso nos cuenta que, aunque el picante tiene propiedades benéficas para la salud, no es lo ideal para un malestar como la cruda.

¡¿CÓMO POOOR?!

“Aunque el caldo es un líquido que puede ayudar para la hidratación y la carne contiene vitamina B6, que ayuda para el malestar general de la resaca, el picante y la sal no ayuda a mejorar el estado de un estómago sensible por el golpe de alcohol de la noche anterior”, dice.

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Bueno, bueno, ¿y los chilaquiles qué o cómo? Pues resulta que funcionan como un engaño para el estómago y el cuerpo.

(Ya escuchamos varios corazones romperse hasta acá).

Mariana nos cuenta que el maíz y todos los ingredientes (que su quesito, que su salsita, que su pollito o ‘buebito con catsun’) nos dan una sensación de saciedad y bienestar, pero “es mejor atacar la pérdida de electrolitos por el exceso de alcohol con una adecuada alimentación y, más importante aún, con hidratación“.

Lo siguiente que nos recomienda Mariana puede no ser tan popular como la pancita del mercado, peeeeeero “la verdad es que lo mejor es comer lo más balanceado posible, pocas grasas, evitar la sal e hidratarse muchísimo”.

Mito 2. ¿Agua mineral con sal y limón o electrolitos?

Tenemos una palabra: efectividad. A ver, sí, es verdad que no hay un remedio absoluto para todos los síntomas de: La Cruda, pero Mariana Reynoso cuenta lo más importante es atacar la deshidratación causada por el alcohol.

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“Las sales minerales, el sodio de la sal y las propiedades depurativas del limón son una buena opción para elevar el nivel de hidratación del cuerpo. Otra opción son los electrolitos que venden en la farmacia o la tienda que contiene las sales minerales necesarias para lograr este mismo efecto”, explica la nutrióloga.

“Aún así no es un remedio absoluto, ni hay que dejar de beber agua y otros líquidos”, asegura.

Mito 3. ¿Tomar ibuprofeno o paracetamol?

Precisamente este es uno de los remedios más eficaces que existen. Los antiinflamantorios no esteroideos —o AINE, pa’los cuates— suelen actuar en los procesos de cefalea (dolor de cabeza) y otros malestares leves.

Probablemente por el protagonismo del sistema inflamatorio e inmunológico en la resaca, el ibuprofeno y el paracetamol proporcionan cierto alivio, dice Mariana.

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Eso sí, al mismo tiempo afecta al riñón, como muchos otros medicamentos, y también al estómago, así que no es de extrañarse una diarrea porque tu barriga -con todo lo que bebiste y comiste- no está en su mejor momento.

Mito 4. ¿Seguir bebiendo o conectártela?

Este es otro de los grandes mitos formado alrededor de la creencia de que La Cruda se debe a la abstinencia y, por eso, tomar un poco más de alcohol te ayudará a que se pase.

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Antes de que destapes una chela te decimos: ERROR.

La verdad es que ingerir más alcohol sólo alargará el proceso de la resaca y de recuperación de cuerpo (dale chance, ‘oie zí’) aunque, eso sí, esa micheladita no tendrá mayores consecuencias siempre y cuando no se arme otra borrachera monumental, pero “no le vendrá nada, pero nada bien al estómago”, dice Mariana y bajo advertencia no hay engaño.

Mito 5. ¿Mezclar bebidas hace que la resaca sea peor?

Vamos a ser muy honestas y directas: no existe una evidencia clara de que esto sea así, aunque sí existen indicios de que los “congéneres”, sustancias que dan sabor y olor a los licores, están relacionados con la resaca y sus síntomas.

De hecho, existen estudios que señalan que las resacas provocadas por las bebidas con mayor cantidad de azúcar suelen ser peores.

Por tanto, es súper probable que mezclar diversos tipos de congéneres -es decir, distintas bebidas-,y que además tengan altos niveles de azúcar, empeore significativamente La Cruda, nos dice la especialista.

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Mito 6. ¿El alcohol destruye las neuronas?

Científicos del Hospital de la Universidad de Heidelberg, Alemania, estudiaron los efectos de dos vasos de vino en el cerebro con un escáner y comprobaron que sólo 6 minutos después de beber nuestro cerebro empieza a consumir productos de la degradación del alcohol en vez de glucosa y cambia su actividad, lo que explica que perdamos reflejos o la desinhibición.

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Químicamente disminuyen sustancias como la creatina, implicada en la obtención y gestión de energía, y la colina, componente de la membrana celular.

Lo cierto es que al día siguiente todo vuelve a la normalidad, lo que implica que los cambios son reversibles y que el alcohol, de forma moderada, no tendría mayores efectos en las neuronas.

Me siento muy mal, ya dime ¿existe un remedio definitivo?

Lamentamos decírtelo, pero no, no existe en el mundo ningún remedio definitivo o fulminante para curar La Cruda… salvo no abusar del alcohol, pero sabemos que a todos a veces se nos puede ir un poco la mano. 

“La mejor opción es mantenerse hidratado, alimentarse lo más sano y natural posible, descansar, tomar un par de aspirinas/ibuprofeno/paracetamol, esperar a que pase, y tratar de no pasarnos tanto con los tragos la siguiente vez”, concluye Mariana.

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