¿Cómo funciona Tinder? La creencia popular sobre ésta y otras apps de ligue es que quienes las usan buscan sólo sexo casual y ligan mucho más que quienes no están en ellas. Pero la realidad parece ser un poco diferente.
Según datos de Tinder -una de las apps de ligue más populares, con más de 20 millones de perfiles en 196 países-, 80% de sus usuarios busca una relación estable. Además, sus usuarios no tienen más parejas sexuales que quienes no la utilizan, según reveló un estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.
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Entonces, ¿qué está pasando con estos solteros (y a veces no tan solteros) que no logran encontrar lo que buscan? La respuesta, por raro que suene, podría tenerla un dinosaurio.
(yamithhead.tumblr)
Memmo, “sexólogo depredador”, dinosaurio de peluche e instagramer, es la mascota de Vínculo Colectivo, un blog especializado en temas relacionales, creado por la psicoterapeuta y sexóloga Laura Pírez.
La especialista se dio cuenta de que pacientes y amigos que utilizan estas apps no lograban encontrar ligues o parejas. Así que, con ayuda de una amiga y colega, creó dos perfiles en Tinder. Uno con Memmo como mujer y otro como hombre, ambos heterosexuales cisgénero.
“En los dos pusimos una descripción inteligente, sarcástica y simpática”, detalla.
(Giphy)
Ambos perfiles decían tener 29 años y tenían abierto el rango de ubicación y edad de sus ligues. Lo primero que notaron fue que a la dinosauria le mostraban hombres de 20 a 40 años, mientras que al dinosaurio le aparecían solo chavas en sus veintialgo.
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Lo siguiente y más revelador fue la diferencia de matches (término para indicar que dos personas se gustan). Muchos pensaríamos que los hombres en Tinder se fijan sólo en el físico y que nadie vería el perfil de una dinosauria de peluche, pero no.
La colega de Pírez, quien manejaba el perfil de la dinosauria, tuvo 16 matches en sólo una hora -a pesar de ser muy selectiva sobre a quién le daba me gusta-. Pero Pírez, quien llevaba el perfil del dinosaurio, pasó horas sin recibir un solo match.
(Vínculo Colectivo)
“A ella la veía divertidísima. Todos eran muy coquetos y le preguntaban cosas como ‘¿Qué te gusta comer?’ Ella contestaba ‘Soy un T-rex, sólo como carne’. Mientras, yo no tenía con quién platicar. Empecé a sentirme muy desmotivada y rechazada”, relata la sexóloga.
Según estadísticas reveladas por el New York Times, en Tinder hay unos 988 rechazos por cada 12 éxitos. Sin embargo, estos datos no hacen diferencia entre géneros o preferencias.
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“¡La diferencia es abismal! Si eres mujer, tienes matches casi de inmediato, aunque seas un dinosaurio; pero si eres un chavo, nadie te pela. Ahí fue cuando empecé a dar like a lo loco sin fijarme en los perfiles, que es lo que muchos hombres me han contado que hacen. Di likes hasta que se me acabaron y aún así en un día tuve sólo un match”, dice sorprendida.
Otro de los grandes hallazgos de Memmo fue la diferencia entre los perfiles. Los hombres tenían fotos más variadas que sus contrapartes femeninas, aunque era más frecuente encontrar perfiles con fotos falsas. Además, algunos sí daban una descripción de sí mismos, aunque fuera breve.
Con los perfiles de mujeres “me espanté y me entristecí un poco”, revela la psicóloga. Eran “abrumadoramente parecidos, con fotos muy similares: mismos gestos, poses, lugares”, y sin descripción alguna en su perfil. Por otro lado, las mujeres que no entraban tanto en los estándares estereotipados de belleza, solían tener una descripción más detallada.
En general, las mujeres en la app “no dicen quiénes son, qué les gusta, qué buscan. Eso no ayuda a generar una idea de individualidad que permita al otro saber cómo elegir un perfil sobre de otro”, dice la experta.
Lo triste, señala, es que “pese a que a las mujeres no nos gusta y no deberíamos ser cosificadas”, estos perfiles tan similares entre sí y sin identidad, podrían incentivarlo.
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Pírez, su colega y Memmo querían descubrir si los usuarios de la comunidad LGBTI+ se comportaban igual que los héteros. Decidieron cambiar la preferencia de los perfiles de ambos dinosaurios hacia personas de su mismo sexo y ver qué ocurría.
En esta ocasión, ambos perfiles tuvieron “montones de likes”. Se dieron cuenta de que las mujeres lesbianas o bisexuales tenían perfiles mucho más completos y detallados que las hétero. Además ponían fotos más interesantes y originales.
Por su parte, los hombres gay o bi tenían una descripción aún más completa y daban más detalles sobre quiénes son y lo que buscan.
La explicación para esta diferencia entre gays y heteros, señala Pírez, podría deberse a que, dada la sociedad en la que vivimos, las personas de la comunidad LGBTI+ “tienen que hacer mucho más introspección y enterarse de quiénes son y qué quieren. Los heterosexuales, sobre todo los hombres, no suelen verse en la necesidad de cuestionarse y definir su identidad”.
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Memmo podría haber encontrado uno de los factores que hacen que la app sea vista como algo casual y banal.
La mayoría de las mujeres hétero sabe que su físico, e incluso sólo su presencia, es suficiente para tener pegue en la app, por lo que no se ven en la necesidad de detallar quiénes son. Por su parte, los hombres heterosexuales dan like a todo lo que ven para intentar reducir su sentimiento de rechazo y, así, es difícil distinguir a cada mujer.