La realidad y la información fluyendo a cada minuto, las discusiones en redes, la indignación palpable ante la violencia desmedida, las noticias desalentadoras: con tanto sucediendo a nuestro alrededor (y en nuestras redes) es natural que nos llenemos de rabia, tristeza y –hay que decirlo– también de cansancio.
¿Qué hacer cuando el desconsuelo es tal que nos invade y tira el ánimo? La verdad es que, entre tanta información que duele, a veces es difícil sonreír, ¿te ha pasado?
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Es común y es normal que eso suceda cuando estamos inmersos en un contexto de descontento y miedo generalizado.
Pedimos a tres psicólogas clínicas, un psicoanalista y a un maestro budista que nos ayudaran a entender cómo lidiar con los sentimientos que nos provoca leer, ver y escuchar información como el feminicidio de Fátima, la pequeña de 7 años, o la indignación que nos provocó la filtración de fotos del feminicidio de Ingrid Escamilla.
O el estar conscientes de que en México, a diario, son asesinadas nueve mujeres en promedio, ¿cómo no rabiar o sentir tristeza?
Primero es importante aclarar: cada quien lidia con la realidad y los problemas personales y sociales de forma distinta.
“Todas las reacciones tienen alguna validez pues porque es lo que la gente aprendió a hacer o de la forma con la que ha lidiado con el estrés, además de su educación y valores”, nos explica la psicóloga clínica Adriana Segovia Urbano y agrega algo importante: “lo más respetuoso es no juzgar lo que cada quien decide hacer con la realidad“.
Dicho esto, continuemos.
Entre la información de violencia y la sensación de inseguridad y angustia que puede provocarnos, puede ser que experimentemos la necesidad de tomar un respiro y, al mismo tiempo (aunque suene paradójico), podemos llegar a sentir culpabilidad por alejarnos.
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Esto, nos dice el psicoanalista Eduardo Contreras Merino, suele suceder porque socialmente hemos aprendido en la dicotomía del bueno/malo, correcto/incorrecto, pero no es necesario que sea así.
“Si bien es importante estar informado, no siempre tenemos que estar con la realidad a tope“, dice Eduardo y explica que tanta información violenta puede provocar miedo y “es fácil caer en una actitud paranoide”.
Ante esto, Adriana recomienda hacer un equilibrio entre la información que manejamos a diario y la conciencia sobre la realidad y ciertos respiros sobre la misma.
Entonces sí, es sano “alejarse de la información cada tanto, estos respiros no son falta de compromiso, son una oxigenación para seguir en el mundo. Seguir bien, con conciencia y compromiso”, dice ella.
Un concepto: redes de apoyo, redes de amor.
Las psicólogas clínicas Tania Gómez y Lily Colin coinciden en este punto: es importante mantener comunicación con las personas que conforman tu red de apoyo.
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“Es importante dejarle saber al otro cómo te sientes y quizás en estas charlas también establecer medidas de seguridad porque finalmente estamos sensibles, sabemos que no es descabellado que ocurran tragedias, principalmente al grupo de mujeres”, nos dice Tania.
En este sentido, nos explica que podemos establecer estrategias que nos generen sensación de seguridad en nuestro entorno, desde estar acompañada en ciertos lugares, tener la confianza de hacer llamadas en caso de emergencia o en situaciones que no te hagan sentir cómoda.
“Hacer esta consciencia de que independientemente de que la situación de violencia está a flor del piel, contamos con recursos para prevenir circunstancias o accionar planes en caso de sentirnos incómodas e, insisto, poco a poco nos brindará sensación de seguridad“, dice.
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Mientras que Lily Colin destaca que podemos desarrollar conductas de autocuidado:
Y agrega algo importante que puede ayudarnos también: “Participar -siempre y cuando no nos pongamos en riesgo- en algunas iniciativas que permitan modificar un poco la percepción que tenemos con respecto a nuestra capacidad de logro frete a estas situaciones (de violencia)”.
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¿Por qué? Porque esto, explica Lily, nos puede ayudar a manejar mejor la frustración y el sentimiento de impotencia, “puede ayudar a que estas emociones se canalicen a través de medidas saludables y de proactividad”.
Y, por supuesto, claro que siempre está la opción de comenzar a ir a terapia:
¡No, no y no! Si deseas compartir un hecho conmovedor, una foto bella, un momento de amor o un meme, ¡hazlo sin miedo!
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“Hay que hacerlo sin importar el qué dirán. Si es que eso produce placer o gusto. Esta pregunta viene o está dirigida a personas que tienen como convicción ser muy serias o “comprometidas” en su vida diaria y en sus redes y juzgan a quienes suben cosas “superficiales”, pero si algo te hizo reír y lo compartes, estarás diciendo que se vale reír, aunque el mundo tenga cosas horribles, porque también existen las pequeñas cosas de las que uno puede reírse”, nos dice la experta Adriana Segovia.
Mientras que Eduardo Contreras destaca que sí, es importante tener empatía ante el dolor ajeno, pero “también tenemos que ubicar que el otro es otro y yo soy yo. Es cierto que sí me importa, que tengo elemento de conciencia de lo que está ocurriendo, pero no implica que tengo que estar hablando del tema todo el tiempo”.
Otra forma de mantener la calma (y la sonrisa) en tiempos de dolor es aprender a reconocer nuestros estados mentales para dar un valor justo a las cosas, ¿cómo? El maestro budista Gueshe Sherab Chöephel, del Centro Loseling en Ciudad de México, recomienda la meditación.
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“A través de la práctica de la meditación dar un valor justo a las cosas y aprender a apreciar nuestras condiciones y virtudes, como tener un trabajo, una familia, salud y agradecer por ellas; es la mejor manera de evitar ser atrapado por las tendencias mentales fatalistas y dañinas”, dice.
“Es muy importante aprender a generar pensamientos positivos hacia lo que estamos viendo como por ejemplo, si nos enteramos acerca de eventos violentos desear que todas las personas involucradas reconozcan la negatividad de sus acciones y que en sus corazones y mentes haya sólo pensamientos de paz y de hacer el bien”, aclara.
Pero, ¿para qué desear cosas buenas a quienes vemos que hacen daño? Según su corriente, esto responde al concepto de una conciencia colectiva.
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“Si todos nos sintonizamos en una corriente de pensamiento virtuoso y más positivo podría generar un cambio y a nivel individual en nuestro interior, proveer de paz y bienestar”.
[Si te interesa entrarle a la meditación, en este centro hay actividades de donativo voluntario cada domingo]
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