El pasado 16 de enero, seis turistas fueron sorprendidos dentro de la ciudadela de Machu Picchu por la noche y en donde causaron algunos destrozos dañando el piso del Templo del Sol.
Cinco de estos turistas serán deportados de Perú, uno más podría ser condenado a una pena de tres a ocho años de cárcel.
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Esta no es la primera vez que nos enteramos de turistas que se meten en problemas en los países que visitan por una cuestión muy simple: no respetar las reglas de los sitios (en muchos casos sagrados) que visitan.
Y como no queremos que la curiosidad que nos causa visitar diferentes lugares no nos convierta en una amenaza para su conservación, recurrimos a Alan Estrada, de Alan Por El Mundo, para que nos compartiera algunos consejos para, además de no hacer el oso, no meternos en problemas por simplemente desconocer las reglas.
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Para Alan “viajar es como visitar la casa de alguien más, trátala con respeto”. Es por ello que para él es básico que cualquier viajero, vaya a donde vaya, se informe sobre lo que sí y lo que no se puede hacer en el lugares o lugares que visitará antes de estar ahí.
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Tal vez no hables del lugar al que visitas pero esa barrera del idioma se rompe con la señalética que tiene la función de orientar son palabras, pon atención a esto. Así de simple.
Alan hace hincapié en el hecho de estar consciente de que “que estás visitando otro país y que son otras reglas, tú eres el extranjero”.
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En su experiencia como viajero sí se ha topado con personas que no quieren adaptarse a las reglas, ni a la cultura del lugar que visitan. Estos viajeros irresponsables pueden meterse en problemas por el simple hecho de no seguir los estatutos culturales y las reglas que todos (sin importar la nacionalidad) deben seguir y respetar.
Alan señala que se debe prestar especial atención si visitamos lugares religiosos, principalmente, si son de un culto distinto al nuestro ya que “cada religión tiene sus reglas”.
Sitios como los campos de concentración son lugares que representan episodios oscuros para la humanidad, es por ello que es importante pensar en el tipo de fotografías que tomarás y considerar qué tan apropiado es que te hagas una selfie en estos sitios.
En Berlín, por ejemplo, se encuentra el Memorial a los judíos de Europa asesinados en donde las personas suelen tomarse fotografías y boomerangs saltando los bloques que lo componen.
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Es por ello que el artista Shahak Shapira desarolló el proyecto Yolocaust, que consistió en tomar fotografías de turistas muy contentos en este sitio para cambiarles el fondo y situarlos en los escenarios y situaciones a los que este lugar rinde homenaje.
(Yolocaust)
En lugares como los memoriales y los campos de concentración “es importante tener cuidado por el tipo de fotografías que te tomas, también creo que los sitios que están dedicados a episodios oscuros en nuestra historia hay que tratarlos con muchísimo respeto, no son la escenografía de tu foto”, señala.
Si vas a una ruina arqueológica puede parecer inocente tomar una piedrita que te encuentres por ahí para tenerla de adorno en tu casa. Si no ves señales que lo prohíban simplemente no lo hagas porque son parte de los vestigios.
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Visitar estos lugares muchas veces implica caminar, tener que hidratarse y, por lo tanto, tener ganas de ir al baño. Te ponemos el ejemplo de Calakmul: el recorrido corto son más de dos horas, el largo cinco y todo esto es en medio de la selva de Campeche; así que la recomendación (además de ponerte repelente) es ir al baño antes de tu recorrido.
Alan señala que lo que las autoridades de estas comunidades buscan es que los niños no vean en los turistas una fuente de ingresos que esto los lleve a abandonar sus estudios por dedicarse a pedir caridad.
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“En este caso, si el turista quiere ayudar a estas comunidades recomiendan que se acerque con los líderes de la comunidad o con alguna asociación o fundación que esté enfocada en atender a estos grupos y conozca sus necesidades”.