Uno de los temas polémicos sobre la covid-19 es si realmente puede transmitirse por el aire.
Hoy, investigadores de la Universidad de Florida en Gainesville, Estados Unidos, publicaron un estudio preliminar -ojo con la palabra preliminar- que confirmó la presencia del virus sars-cov-2 en el aire a casi 5 metros de distancia de un enfermo dentro de una habitación cerrada.
Este estudio preliminar -es decir, que no ha sido revisado por otros científicos- concluyó que pacientes con covid-19 producen aerosoles que sí pueden contagiar a otra persona, incluso si se encuentra a 5 metros de distancia y en lugares cerrados.
Hicimos énfasis en la palabra preliminar porque este hallazgo aún no se puede afirmar.
La cosa es que este estudio preliminar se suma a otra evidencia científica que desde hace algunas semanas ya señalaba la posibilidad de que el virus pudiera viajar en el aire y contagiar a más de metro y medio de distancia.
El mes pasado, un grupo de 292 científicos pidieron a organismos internacionales reconocer que el coronavirus sars-cov-2 puede flotar en el aire y eso representa una posible vía de contagio.
La petición fue publicada en la revista Clinical Infectious Diseases.
Los científicos dicen que ya se cuenta con suficiente evidencia científica para demostrar que el virus SARS-CoV-2 —causante de la COVID-19— se encuentra en microgotas lo suficientemente pequeñas como para permanecer en el aire e infectar a otras personas.
Pero tranqui, ¡esto NO significa que todo el aire esté infectado!
Al contrario, esto quiere decir que la ventilación de los espacios es importante, pues las microgotas con virus pueden esparcirse aún sin estar en contacto directo con la persona. Basta con estar en la misma habitación.
La idea de que el virus SARS-CoV-2 puede viajar en microgotas que flotan en el aire, para después infectar a otras personas, no es nueva.
De hecho ha sido parte de la discusión desde que comenzó a investigarse más sobre este virus del que nadie sabía antes de diciembre de 2019.
Un texto publicado en la Revista Clinical Infectious Diseases referencia 17 artículos, pero enfatiza el caso de un restaurante chino en que cinco comensales se contagiaron y ni siquiera estaban en la misma mesa, sino en otras.
Este estudio fue publicado el 22 de abril en el sitio de preimpresión MedRxiv.
En esta investigación, los científicos liderados por Yuguo Li recopilaron datos epidemiológicos y un video del restaurante.
También midieron la dispersión de un gas indicador como un sustituto de las gotas exhaladas del paciente sospechoso.
Con esos datos realizaron simulaciones por computadora sobre la propagación de pequeñas gotas exhaladas y compararon la ubicación del paciente cero con los demás casos que también resultaron infectados.
Concluyeron que “la transmisión en aerosol de SARS-CoV-2 debido a una ventilación deficiente puede explicar la propagación comunitaria de COVID-19”.
Otro ejemplo más reciente es un artículo científico del doctor y premio nobel Mario Molina y su equipo.
Señala que sus resultados indican que “la ruta de transmisión aérea es altamente infecciosa y es la dominante para la propagación del COVID-19”.
Por ello menciona que el uso de cubrebocas es una buena medida de prevención.
Un artículo publicado en la revista Science el 26 de junio dice que los humanos producen gotitas respiratorias que oscilan entre 0.1 y 1000 micras.
Factores como el tamaño de las gotas, la fuerza con la que fueron expulsadas, la gravedad y la evaporación son lo que determina qué tan lejos viajarán en el aire.
Este texto señala que las gotas más grandes caen más rápido de lo que se evaporan, lo que promueve la contaminación de superficies o fómites.
Pero no todo se trata de gotas, también hay aerosoles más pequeños que pueden flotar durante un tiempo. Estas microgotas y aerosoles pueden ser transportados por las corrientes de aire a distancias más largas.
Según este estudio, hay dos vías de contagio: el contacto directo o indirecto entre personas y superficies contaminadas, y la inhalación del virus en el aire.
Además, el mismo estudio dice que “se ha demostrado que el tamaño de las gotas respiratorias afecta la gravedad de la enfermedad”.
En el caso del SARS-CoV-2 precisan que “es posible que los aerosoles que contienen virus submicrónicos se transfieran profundamente a la región alveolar de los pulmones, donde las respuestas inmunes parecen ser temporalmente desviadas”.
¡Achú!
Si tú como yo no puedes leer esa pregunta sin cantarla, déjame decirte que hasta ahora esa es la principal vía de transmisión que la OMS reconoce.
“Una persona puede contraer la COVID‑19 por contacto con otra que esté infectada por el virus”, dice la OMS.
El organismo internacional también menciona que la enfermedad se propaga a través de las gotículas que expulsa alguien infectado con el virus al toser, estornudar o hablar.
Esas gotas con carga viral, que según la OMS “son relativamente pesadas y no llegan muy lejos”, pueden ser inhaladas por otra persona que se encuentre cerca.
Por eso siempre te andamos diciendo que guardes tu sana distancia, te laves las manos con frecuencia y uses cubrebocas en lugares públicos.
El 7 de julio, en conferencia de prensa desde Ginebra, la OMS reconoció que sí existe mucha evidencia que muestra que la transmisión por vía aérea es una posibilidad.
“Creemos que debemos estar abiertos a estas pruebas y comprender sus implicaciones con respecto a los modos de transmisión y las precauciones que deben tomarse”, admitió Benedetta Allegranzi, responsable de prevención y control de infecciones de la OMS, según recuperó El País.