Disfrutar de nuestra sexualidad y ser responsables con la misma viene junto con pegado: para ejercer nuestro derecho a una vida sexual libre, bonita e informada, también debemos saber cómo cuidarnos y cuidar a otras personas.
Por supuesto, puede haber riesgos de contraer alguna infección de transmisión sexual, pero antes de espantarnos y tener miedo a cualquier contacto íntimo, hay que conocer sus causas, sus formas de contagio, prevención y, en dado caso, sus síntomas y tratamientos.
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Recordemos siempre: la información es nuestra mejor aliada para tomar decisiones sobre nuestra vida y nuestra salud.
Así que para saber a qué podríamos enfrentarnos, hablemos claramente sobre las ITS.
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Primero lo primero: las ITS son infecciones que se contagian de una persona a otra a través del contacto sexual, y este contacto puede ser vaginal, anal u oral. A veces (muy pocas) pueden transmitirse de piel a piel, como el herpes o el VPH.
Debes saber que muchas personas que son portadoras de una ITS no tienen síntomas, lo que en muchas ocasiones las hace difícil de diagnosticar, por eso es importante realizarnos chequeos médicos al menos dos veces al año.
Aunque sin un tratamiento estas ITS pueden causar serios problemas a nuestra salud, en realidad al hacernos los análisis anuales -que son muy sencilos- la mayoría de estas infecciones son tratables.
Así que respira 🙂
Tenemos que saber que estas infecciones son más comunes de lo que creemos.
La ONU estima que todos los días más de un millón de personas contraen alguna ITS y las causas pueden ser por virus, bacterias y parásitos.
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Como te contábamos, no siempre presentan síntomas o estos pueden ser muy leves, peeero cuando existe sintomatología, puede incluir:
Recuerda: es importante realizarnos los análisis al menos dos veces al año y consultar con una especialista.
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Hay varios lugares donde te puedes hacer las pruebas de infecciones de transmisión sexual en la Ciudad de México. Para eso, te hicimos una nota completita con la dirección, horarios y posibles costos.
La lista incluye al Imjuve, AHF México, Inspira A.C. y Clínica Condesa.
En esta ocasión hablaremos de cinco ITS comunes, sus síntomas, cuál es su tratamiento y qué las causas.
Así que ¿listas? ¿listos? ¿listes? ¡Ahí vamos!
La sífilis es una infección causada por bacterias y es bastante común. Se puede curar fácilmente con un tratamiento con antibióticos, pero si no se trata puede provocar daños a la salud permanentes.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EUA, a la sífilis se le conoce como “la gran imitadora” porque tiene muchísimos síntomas posibles que pueden parecer de otras enfermedades.
Por ejemplo, la llaga que aparece justo después de haberse infectado no produce ningún tipo de dolor y puede confundirse con un pelito encarnado, una cortadura o un golpe. O sea, se ve bien inocentota la condenada.
Los síntomas se dividen en fases:
Pero ojo: es importante acudir con tu médica de confianza para recibir los medicamentos necesarios y que la infección no pase a la siguiente fase.
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¿Cómo se ve esta erupción? Como puntitos duros de color rojo o marrón en la palma de las manos o en la planta de los pies y, a pesar de que es una erupción, esta no pica y a veces no es taaan visible.
Algunos otros síntomas pueden ser fiebre, inflamación en los ganglios, dolor de garganta, puede que se te caiga el cabello, te duela la cabeza, bajes de peso o sientas muchísimo cansancio.
Ojo: estos síntomas van a desaparecer recibas o no un tratamiento, peeero si no tienes los antibióticos adecuados, la infección progresará.
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¿Cuánto tiempo puede estar así? Pues entre 10 y hasta 30 años.
En una etapa avanzada, la sífilis provoca dificultad para coordinar los movimientos, parálisis en ciertas partes del cuerpo, ceguera, entumecimiento y daño a órganos internos.
Como te comentamos al inicio, la sífilis se contagia por el contacto sexual, ya sea vaginal, anal u oral, y puedes contraer la infección exista o no una eyaculación.
Lo más recomendable es usar método de barrera, como los condones masculino y femenino y, ooootra vez: ¡exámenes dos veces al año!
Si sientes miedo, temor o tristeza es completamente válido y normal, pero respira hondo: la sífilis tiene tratamiento y cura y hay formas de no contagiar a otras personas.
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Primero lo primero (y una de las partes más difíciles del asunto): debes comunicarlo a tus parejas sexuales, tanto a las actuales como a las anteriores, para que puedan realizarse los exámenes pertinentes y, de ser necesario, tomar su tratamiento.
Sabemos que no es fácil, pero es lo mejor.
Otra cosa: lo mejor será abstenerte de tener relaciones sexuales durante todo lo que dure tu tratamiento.
A diferencia de la sífilis, el herpes es un virus que provoca llagas en tus genitales o en tu boca (o en ambas).
Es una infección que puede llegar a ser muy molesta y dolorosa, pero generalmente no causa problemas graves a la salud.
Esta infección es causada por dos virus que se parecen mucho (son primos, qué digo primos, ¡hermanos!): el herpes simple tipo 1 (en la comunidad médica le conocen como VHS-1) y el herpes simple tipo 2 (se pusieron imaginativos y le pusieron VHS-2).
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En las mujeres o personas con vulva, cualquiera de los dos virus pueden provocar llagas en y alrededor de tu vulva, también en tu vagina, cuello uterino, ano y nalgas.
Mientras que en los hombres o personas con pene, el herpes puede causar estas llagas en y alrededor de tu pene, escroto, ano y nalgas.
También puede provocar que estas llagas aparezcan en la parte interna de los muslos, en tus labios, boca, garganta y, alguuuuunas veces (muy poquitas), también en los ojos.
Como las infecciones de transmisión sexual, este virus se contagia al tener relaciones sexuales vaginales, anales u orales y puedes contagiarte si estás en contacto con una llaga, también a través de la saliva o secreciones genitales de una persona que viva con este padecimiento, o por el contacto piel a piel.
Pero a verrrr, también vámonos quitando algunos mitos sobre cómo contagiarse con este virus: no puedes contraerlo en los asientos del baño, en las sábanas, las albercas, o por compartir cubiertos, jabón o toallas.
El herpes genital es más contagioso cuando hay llagas abiertas y húmedas, pues el virus se transmite fácilmente por el fluido de las ampollas. Sin embargo, es bueno saber que el herpes genital también puede transmitirse y pasar a otras personas cuando no hay llagas y la piel se ve completamente normal.
Es importante saber que actualmente no existe una cura para ninguna infección de transmisión sexual provocada por virus.
El caso del herpes genital no es la excepción: no existe una cura, peeeero sí existen medicamentos para prevenir la propagación del virus y disminuir la duración de los brotes de las llagas.
Es importante que consultes a tu médica de confianza, ella como experta te dará el tratamiento adecuado para disminuir las molestias y también la posibilidad de propagación.
Si te contagiaste con herpes genital, es un asunto que debes hablar con tus parejas sexuales y dialogar sobre los riesgos que existen y cómo prevenirlos.
Otra de las infecciones de transmisión sexual comunes es la hepatitis B, enfermedad que es causada por un virus llamado VHB que provoca la inflamación del hígado.
Aunque puede desaparecer por sí misma, si no se toma un tratamiento adecuado, la hepatitis B puede provocar serios daños a la salud como cirrosis y cáncer de hígado, así que es importante que en tus chequeos médicos de rutina, incluyas la prueba de esta infección.
Es importante que sepas que las primeras señales de una posible infección de este virus, puede aparecer entre las primeras seis semanas y seis meses al momento del contagio y los síntomas duran algunas semanas.
Entre los síntomas de la hepatitis B que se pueden identificar están:
Este virus es súúúper contagioso. Lo hemos dicho antes y lo repetiremos: las enfermedades de transmisión sexual como la hepatitis B se pueden contraer por sexo vaginal, anal u oral, a través de fluidos vaginales, el semen o la sangre.
A diferencia de otras enfermedades, esta sí se puede contraer por compartir cepillos de dientes y rasuradoras, pues la sangre que queda en estos objetos puede estar infectada.
Las mujeres o personas con vulva embarazadas pueden transmitirla también a sus bebés durante el parto.
Así como es contagioso, también es fácil prevenirlo y hay una noticia súper buena: ¡existe una vacuna súper efectiva contra este virus!
Sí, así como lo lees: existe una vacuna contra el virus de la hepatitis B y, por supuesto, los métodos de barrera como condones masculino o femenino y barreras bucales ayudarán muchísimo.
Según la Organización Mundial de la Salud, la vacuna es tan segura y eficaz, que su nivel de protección es de 98% a 100%.
Va de nuez: las enfermedades virales, como la hepatitis B, no tienen cura.
Peeeero no te alarmes 🙂 esta enfermedad suele desaparecer entre 4 y 8 semanas y las personas adultas suelen recuperarse por completo.
Eso sí, y es importante que lo sepas, el virus se queda en tu cuerpo y si eres una persona portadora del mismo, hay una posibilidad grande de transmitir la infección a más gente, por lo que es importante que esto lo hables con tus parejas sexuales y puedan tomar decisiones sobre su vida sexual en conjunto.