Es un tema poco hablado, pero importante: el personal médico capacitado para realizar la interrupción del embarazo debe tratar a sus pacientes con dignidad y respeto y sin sesgos personales. Si la mujer o persona menstruante decide realizarse un aborto, las doctoras y enfermeros deben seguir un protocolo para esto y no caer en ningún tipo de maltrato médico.
La médica ginecóloga Yoalli Palma explica que, lo primero del protocolo, es realizar un ultrasonido, pero si la mujer o persona gestante ya decidió abortar, por ningún motivo se debe provocar que escuche la frecuencia cardiaca del embrión.
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Sea cual sea el tratamiento para interrumpir un embarazo —con medicamentos o medicamentos + intervención quirúrgica—, nadie debe vivir maltrato médico durante el proceso.
Yoalli Palma recomienda poner atención en los siguientes puntos:
“Hay un montón de medicamentos y sus dosis para cada tipo de personas”, dice la experta.
“Espero que ahora sí uses métodos de planificación familiar”, “espero que ahora sí seas responsable”, “esto va a cargar sobre tu conciencia”, “debiste pensar en esto antes de tener relaciones sexuales sin protección”.
Las pacientes no son responsables de la historia clínica de sus médicas.
“La guía de la AMEU dice que con sedación local, pero hay pacientes con un umbral del dolor muy bajo y si tienen dolor no se debe realizar un AMEU sin una anestesióloga ahí (…) puede ser muy doloroso y no voy a hacer pasar a la paciente por un dolor físico y emocional. No tienes por qué aguantar el dolor”.
Es decir, no por una mala experiencia en el pasado, te deben dar información de forma agresiva, amenazadora o alarmante.
“Hay que ser muy tácticas al darle la información a la paciente, tener mucho táctico al explicar las complicaciones de algún procedimiento, porque la gente con miedo no toma decisiones correctas y no puedes llenar a una paciente de terror”.
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