En México, las mujeres han ganado (a veces a empujones) más espacios en las aulas de licenciatura, pero las oportunidades para ocupar lugares en posgrados y percibir el mismo salario que los hombres disminuyen considerablemente.
En promedio, una mujer que trabaja en un campo relacionado con la ciencia percibe un salario 16.28% más bajo que un hombre en la misma situación, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2020 del Inegi.
“Cuando yo iba a entrar a la maestría hubo una discusión sobre si me iban a permitir la admisión o no porque estaba embarazada y tenía un hijo”, dice Patricia Rodil García, maestra en Biología Molecular por el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica.
Desgraciadamente, su caso se repite en infinidad de ocasiones.
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Según datos publicados por instituciones públicas, la población estudiantil en licenciaturas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas de la UNAM está dividida de manera equitativa entre mujeres y hombres.
Pero en posgrados la cosa se tuerce.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) beca más a hombres que a mujeres para esetudiar un posgrado en esas áreas. Y eso no es todo: al incorporarse a la vida laboral, los hombres perciben un salario mayor que el de las mujeres, incluso cuando no tienen el mismo nivel de estudios, de acuerdo con el Inegi.
En 2019, cinco de cada 10 alumnas de nuevo ingreso en la UNAM eligieron carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, de acuerdo con los datos publicados por esta institución.
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Según las estadísticas de ingresos en el ciclo escolar 2019-2020, 52,153 de las 93,706 mujeres que ingresaron a una licenciatura lo hicieron en campos de Ciencias naturales, exactas y de la computación, así como en ingenierías.
Esta cifra no sólo supera a la de mujeres que decidieron estudiar licenciaturas en ciencias sociales y humanidades, sino que también es mayor a la de alumnos de nuevo ingreso en esos campos, que de acuerdo con los datos de la UNAM fue de 51,399 hombres.
A pesar de que en total son más mujeres que hombres estudiando estas dos áreas de conocimiento, las alumnas en licenciaturas de ciencas físico matemáticas e ingenierías son apenas un tercio de la población estudiantil.
Las estudiantes son pocas, particularmente en la licenciatura de Ingeniería Mecánica, donde por cada mujer hay nueve hombres.
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En contraste, las mujeres superan en número a los hombres en ciencias biológicas, químicas y de la salud: 37,22 alumnas y 19 mil 605 alumnos. Esta disparidad es más pronunciada en la licenciatura en Nutriología, donde las mujeres son el 84% de los estudiantes de nuevo ingreso.
En 2020, el Conacyt otorgó más becas para estudiar un posgrado en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas a hombres que a mujeres, según los datos de la misma institución.
Patricia Rodil dice que tanto ella como el papá de sus hijos aplicaron al posgrado al mismo tiempo y en el mismo instituto, pero a él nunca le preguntaron cómo iba a hacerse cargo de dos hijos.
“Lo que más me entristece de esas situaciones es que a ti no te consultan. Tú eres la persona de la que están discutiendo por ser mamá, pero nunca te preguntan cómo [vas a educar a dos niños y estudiar un posgrado], simplemente suponen que no tienes la capacidad”, dice Patricia.
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El año pasado hubo 17,365 becarias y 22,080 becarios estudiando un posgrado en ingenierías, biotecnología, ciencias agropecuarias, medicina, ciencias de la salud, biología, química, física, matemáticas y ciencias de la tierra en México.
El mismo panorama se repite con las estudiantes que desean cursar sus posgrados fuera del país con el apoyo de Conacyt: 871 mujeres fueron becadas, mientras que la cifra de hombres alcanzó los 1,267 beneficiarios.
En el campo laboral de ciencias e ingenierías, las mujeres también se enfrentan a una brecha salarial importante.
Los hombres perciben 16.28% más que las mujeres, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2020 del Inegi.
Esta diferencia salarial se mantiene a través de todos los campos y sin importar el nivel de estudios.
Una mujer que trabaja en el campo de las ciencias naturales, exactas o de la computación percibe, en promedio, 6,927 pesos, mientras que un hombre gana 10,566 pesos. Es decir, en promedio las mujeres cobran 3,629 pesos menos que los hombres.
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Además, mientras el ingreso mínimo de un hombre en ciencias es de 860 pesos, el de una mujer es de 200 pesos. Y aunque un hombres puede percibir hasta 70,000 pesos mensuales, el salario máximo de una mujer es de 40,000 pesos, de acuerdo con los datos del Inegi.
Si eso no fuera suficiente, los hombres que no terminaron su licenciatura y trabajan en ciencias ganan 2,504 pesos más que las mujeres de ciencias que sí terminaron la licenciatura.
Además, la experiencia en los trabajos no es igual para mujeres y hombres.
Hay trabajadoras que sufren acoso laboral y hay otras de las que se espera que realicen trabajo técnico adicional por ser mujer, dice Patricia Rodil, quien ha recolectado testimonios de investigadoras y los retos a los que se enfrentan a través de la comunidad Científicas Mexicanas.
En el campo de la ingeniería, manufactura y construcción sucede lo mismo: los hombres perciben, en promedio, 11,149 pesos y las mujeres, 9,588 pesos. Esta diferencia también se puede observar en lo mínimo y máximo que cada sexo cobra: ellas perciben de 100 a 215,000 pesos, y ellos de 50 a 300 mil pesos.
Aunado a esto, hay mujeres que encuentran dificultades si deciden maternar.
“En el área científica en particular es muy complicado [conciliar la maternidad con el trabajo] por los límites en cuanto a tiempo y edad para participar en espacios como el Sistema Nacional de Investigadores. Se toman muy poco en cuenta las necesidades que tienen (las mujeres)”, dice Patricia Rodil.
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Conoce las historias de Julieta Fierro, Patricia Rodil Patricia Juárez, Gabriela Guzmán, Inés Jiménez, y Karla Juárez, científicas mexicanas que compartieron sus experiencias: a una de ellas, su padre le dijo que las mujeres estaban destinadas a las labores del hogar y hoy es una astrofísica a la que le apasiona divulgar la ciencia. A otra casi le es negada la posibilidad de cursar un posgrado porque decidió ser madre.
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Texto compartido por la UNAM por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia y publicado en Serendipia | Blog UniverZoom