Muriel Barbery lo sabía. Su próxima novela tendría que ser sobre la vida nipona.
Una sola rosa cuenta la historia de Rose, una mujer francesa de 40 años que llega a Kioto, Japón, para saber qué heredó de un padre del que no sabía nada.
Barbery lo sabía, porque deseaba hablar de una cultura en la que vivió. La escritora francesa residió entre 2008 y 2009 en Kioto.
El primer año fue gracias a una beca de una residencia literaria en la Villa Kujoyama. El segundo año fue porque decidió quedarse en esta ciudad.
“No podía escribir sobre ello, Japón es muy intimidante… hay un shock estético, cultural, espiritual. No podía transmitir la profunda fascinación que llegué a vivir a Kioto, me tomó mucho tiempo metabolizar la experiencia”, cuenta la autora durante la presentación de su libro en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) y cuya grabación puedes ver aquí.
Para quienes esperan una historia similar a La Elegancia del Erizo , la autora insiste en que se trata de algo diferente.
“Mi personalidad como autora es que todas mis novelas son diferentes entre sí”, sentencia Muriel Barbery.
En Una sola rosa se puede leer un texto más breve, con descripciones de los paisajes reales de Kioto y con el uso de personajes de la cultura nipona que existen, pero que se desarrollan en un ambiente ficticio.
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El libro, de 192 páginas y publicado por la editorial Seix Barrial, muestra una peculiaridad: en todo el relato se habla de flores y se centra en cómo la protagonista pasa de la oscuridad a la luz.
–¿Es su primera vez en Kioto?
— Es mi primera vez en Japón.
–Japón es un país donde se sufre mucho pero sin darse uno cuenta –dijo la inglesa–. Como recompensa a esa indiferencia ante la desgracia, tenemos estos jardines, donde los dioses divinos vienen a tomar el té.
Rose se irritó.
–Yo no lo veo así– dijo–, nada recompensa el sufrimiento
–¿Usted cree?– preguntó la inglesa.
–La vida hace daño– dijo Rose–. No se puede esperar ningún beneficio de ello.
La inglesa apartó la cabeza y se enfrascó en la contemplación del pabellón
–Si no se está dispuesto a sufrir — dijo–, no se está dispuesto a vivir.
Elegante y delicada como un haiku, evocadora y sensorial como un largo viaje: el exitoso retorno a la narrativa contemporánea de Muriel Barbery, 📕 'Una rosa sola', ¡ya en librerías!
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— Seix Barral (@Seix_Barral) March 3, 2021
En una introspección, Barbery explica que todas sus historias cuentan de personajes heridos, magullados, que se topan con un evento inesperado.
“Los momentos de cambio de rumbo son los que me interesan. Nuestro destino cambia en general, y sucede muy poco”, dice Muriel Barbery.
Para la autora, el libro habla sobre la muerte. “De cómo podemos vivir con la muerte, no solo con la idea de que vamos a morir, sino, sobre todo, con la muerte de nuestros seres queridos”.
Una sola rosa muestra algunas curiosidades, confiesa la autora.
Por ejemplo, los países del libro están descritos gracias a una serie de fotografías que tomó. A lo largo del libro se tienen 12 parábolas japonesas que ponen en escena los desafíos que en ese momento Rose se enfrentará, pero contrariado a lo que se piensa, son parábolas inventadas por la propia Muriel.
“Quise que mi libro se dividiera en doce capítulos que correspondieran a los doce meses del año… también quise que fuera un libro sin explicación, un libro que nos permitiera seguir el recorrido de la heroína y sentir lo mismo que ella, sin decir mucho”, relata Barbery.
Actualmente Muriel Barbery prepara un libro que tendrá algunos de los personajes de Una sola rosa.