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Nov 13/2020

No nut november: no hay beneficios en dejar de masturbarse

Ilustración: @driu.paredes y @re_ilustrador

Recuerdo una vez en que un amigo de la secundaria nos presumió un acto de lo más extraño: había cumplido un mes sin masturbarse.

Yo, que tenía apenas 13 años y acababa de tener mi primera polución nocturna no podía creerlo: ¿cómo por qué habría de privarse de un placer tan intenso, tan privado, tan inocuo? Cuando le pedí una exposición de motivos, su respuesta fue todavía más misteriosa: es para fortalecer mi espíritu.

Traigo esta historia a cuento porque, cada noviembre, un montón de hombres se reúnen virtualmente en ciertos foros de internet para celebrar lo que llaman el “No Nut November”, que se traduciría en algo así como “Noviembre sin chaquetas”, acaso el cover más raro de esa canción de Reik

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La historia del “¡no te masturbes!”

La práctica, en realidad, no es nueva.

A lo largo de la historia, los seres humanos hemos practicado la abstención de la masturbación con distintos fines: control poblacional -se dice que los antiguos hebreos prohibieron el onanismo (que en realidad se refería al coitus interruptus- como una forma de garantizar que el semen no se desperdiciara y, de esta manera, asegurar la reproducción de su pueblo (que se encontraba constantemente en amenaza).

También, aumento en el rendimiento deportivo (un mito), mejora en la nutrición o, como creía mi compañero, fortalecimiento del espíritu.

Podríamos argumentar que Marx se equivocó y que el verdadero motor de la historia no era la lucha de clases, sino la lucha de los motivos para masturbarse vs los motivos para no hacerlo.

Noup, no hay beneficios comprobados científicamente

A pesar de todas estas creencias, el tema es este: no hay ningún motivo para dejar de masturbarse.

No, al menos, uno científicamente comprobado y ligado al desarrollo de las habilidades asociadas al “espíritu”: la fortaleza, la destreza física, el autoconocimiento o el temple emocional.

La ciencia, lo que dice, es otra cosa: masturbarse frecuentemente está ligado a tener un riesgo más bajo de padecer cáncer de próstata, ¡e incluso a tener una vida más larga!

Claro, no podemos asegurar que la masturbación provoque directamente estos efectos, pero vaya, es lo que tenemos. 

Hablemos de masculinidad

No es coincidencia que sean hombres en su amplia mayoría quienes celebran el “No Nut November”.

Parte fundamental de la masculinidad hegemónica tiene que ver con el aparente dominio emocional, con hacer lo “correcto”, con la virtud moral obtenida a través del control de los impulsos.

No todos los impulsos, claro, aquellos que pueden ser utilizados con fines bélicos siempre son bienvenidos y promovidos.

Pero aquellos que representan un “gasto de energía innecesario” o la distracción de aquello que se debe hacer, por ejemplo, el llanto, la ternura o el placer solitario, son vistos como defectos a ser eliminados.

Es decir, para el modelo de masculinidad que propone el “No Nut November”, un hombre es alguien que no goza. Y así, ¿qué chiste tiene tener cuerpo?

A pesar de la insistencia de muchas personas por afirmar lo contrario, no existe una relación directa entre no masturbarte y algún beneficio psicológico o corporal en tu vida.

La creencia no puede ser tomada como algo menos que una superstición, esas de las que Gabriela Wiener dijo que “son tonterías colectivas y risueñas que alguna gente adopta por si acaso, no vayan a tener razón los tontos”.

Y en todo caso, si de elegir supersticiones se trata, yo prefiero otra, una que al menos me promete felicidad: una chaquetita al día es la llave de la alegría. 

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