Para A.
No, el virus del papiloma humano (VPH) no es el monstruo bajo tu cama, pero hay que conocerlo, saber qué es, cómo podría llegar a tu vida y, en caso de ser necesario ¿cómo combatirlo? Pues aquí tooodo, en serio todito, lo que necesitas saber.
Y recuerda: siempre puedes pedir ayuda, consejo y, muy importante, tu vida no se acaba 🙂
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Es el Virus del Papiloma Humano y puede provocar cáncer. Existen más de 200 tipos de VPH y alrededor de 40 de ellos pueden infectar vulva, vagina, pene, boca, garganta o ano, la mayoría de las veces por transmisión sexual. La forma más común de cáncer asociada al VPH es de cérvix.
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Sin embargo, y a pesar de que la transmisión es muy sencilla, en la mayoría de las ocasiones no sucederá nada. En 9 de cada 10 casos, las infecciones no tendrán mayor efecto y desaparecerán solas en un par de años. Sin embargo, cuando se queda, el VPH es un virus que no tiene cura (hasta hoy, al menos).
Sí. En México, el cáncer cervicouterino es el segundo cáncer por el que más mujeres mueren (después del cáncer de mama). Esta forma de cáncer tiene presencia en 7.5% de la población mexicana y según Lucely del Carmen Cetina Pérez, investigadora clínica del Instituto Nacional de Cancerología, en México existen entre 4 y 6 mil casos al año, con 11 a 13 muertes diarias.
No todos los casos están relacionados con el Virus del Papiloma Humano y hay otros factores involucrados en su aparición (como hábitos, si la persona es fumadora, genética, etc), pero sí hay una correlación fuerte y por eso es notable.
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El VPH puede transmitirse por sexo oral, vaginal u anal.
A diferencia del VIH, que se transmite por intercambio de fluidos, la forma más común de transmisión del VPH es por contacto de piel a piel. Si tu vulva, vagina, cuello uterino, pene o ano entran en contacto con los genitales, boca o garganta de una persona que lo tenga, puede existir transmisión, incluso si la persona no muestra síntomas, porque, de hecho, muchas veces no los habrán.
No completamente.
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¡Sí lo hace! Usar condón (o barrera bucal) disminuye mucho las probabilidades de transmisión, pero su protección es limitada debido a que sólo cubre una parte de los genitales.
Entonces, por ejemplo, si tienes sexo con una persona y usas un método de barrera, pero que no cubre el área de la piel donde existe la infección y ésta entra en contacto con tu piel, puede haber transmisión.
¡Sí! Existen vacunas. En México la marca más común es Gardasil (también existe otra llamada Cervarix). Su versión más actualizada, Gardasil 9, previene contra los tipos de Virus del Papiloma Humano más propensos a causar cáncer: 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58.
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En ocasiones hay campañas que promueven la vacuna gratis o a bajo costo, pero también puedes encontrarla de forma privada (es común que pediatras y ginecólogas la puedan aplicar).
Antes se hablaba de varias restricciones de edad, pero ahora se promueve que cualquier persona menor de edad o con vida sexual activa se la aplique. Eso sí, los precios varían de lugar a lugar.
Si eres mujer, hombre trans o persona no binaria con vulva, realízate la prueba de Papanicolaou —citología cérvico-vaginal— con la frecuencia indicada por tu ginecóloga.
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Con esta prueba de detección oportuna, tu ginecólogx detectará si existen células anormales que puedan haber sido causadas el VPH, para así buscar su tratamiento. Si la prueba indica que existe una anormalidad, es posible que se requieran de más pruebas —como la colposcopía— para confirmar que se trata del VPH y tratarte.
Si eres hombre, mujer trans o persona no binaria con pene… es complicado. Para nosotres todavía no existen pruebas de rutina para detectar el virus en nuestros cuerpos.
A través de un hisopado en el pene y zonas genitales, se obtiene una muestra para detectar si es portadora de VPH, a través de técnicas de PCR. Dicho esto, lo mejor que podemos —y deberíamos— hacer es vacunarnos, porque también podemos desarrollar cáncer por Virus del Papiloma Humano.
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(Yo me vacuné hace años y les puedo decir que mi vida sexual es mucho más tranquila desde que disminuyeron mis preocupaciones por transmitir, o que me transmitan, un VPH de alto riesgo. Súper recomiendo.)
¡Sí! Como mencioné antes, existen varios tipos de VPH, por lo que es conveniente protegerte de aquellas cepas que no tengan presencia en tu cuerpo. Además, la vacuna ayudará a evitar que aparezcan condilomas.
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Es un mito sin sustento científico creado por las personas antivacunas y que tiene gravísimas consecuencias de salud, pues HAY UN MONTÓN DE PERSONAS QUE NO SE ESTÁN VACUNANDO DE ENFERMEDADES PREVENIBLES POR TEORÍAS DE CONSPIRACIÓN RIDÍCULAS.
La verdad es que no. En ocasiones, el VPH provocará verrugas visibles en los genitales, que se ven como una pequeña coliflor. Pero en muchas otras, el virus se mantendrá oculto o se manifestará en forma de lesiones que no son visibles al ojo humano.
De hecho, las investigaciones han apuntado a que los tipos de VPH que más probabilidades tienen de provocar cáncer (conocidos como “de alto riesgo”) no siempre se manifiestan en forma de verrugas.
Recuerda siempre que existen más de 200 tipos y que 9 de cada 10 personas activas sexualmente lo tendrán en algún momento de su vida.
O sea, es más probable que tu pareja y tú coincidan en haber tenido VPH alguna vez en la vida que en, no sé, su película favorita. Es más, hasta podría ser un tema de conversación en la primera cita. Piénsalo.
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No necesariamente. Aunque la probabilidad de transmisión aumenta conforme más parejas sexuales tengas, no hay manera de saberlo sólo por eso.
Y, vaya, tu probabilidad de morir atropellado aumenta cada vez que sales a la calle, pero no por eso vas a dejar de hacerlo. Así que, aunque es un factor de riesgo, tu número de parejas sexuales no debería preocuparte demasiado. Lo importante es que uses un método de barrera, te vacunes, te revises constantemente y reduzcas riesgos.
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Es complicado. Es posible portar el virus del VPH durante años, incluso décadas, sin que se manifieste.
Puede ser que hayas adquirido el virus a los 20 años y lo manifiestes hasta los 30, por ejemplo. Hay un montón de personas que adquirieron el VPH, pasaron años sin manifestarlo y murieron sin saberlo.
ESTOY ENTRANDO EN PÁNICO
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Sí. El primer y más efectivo paso para tratarlo es un diagnóstico temprano.
De entrada: mantén cercanía con tu médica o médico de confianza, procura revisiones regulares y busca tratamiento —crioterapia o LEEP, usualmente—.
Una vez tratadas las lesiones, se reducen muchísimo tus probabilidades de transmitir el virus, aunque puedes adquirir otras cepas. Aparte de esto, hay dos cosas importantísimas que debes procurar: tu salud física y tu salud mental.
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Considera una palabra clave: inmunodeficiencia. Un estado continuo de estrés, ansiedad, poco descanso, enfermedad, mala alimentación, hábitos dañinos, etc., va a facilitar que el virus desarrolle su objetivo: causar cáncer. No hay que darle chance. Come sano, duerme bien, disminuye el estrés, haz ejercicio, deja de fumar —el tabaco aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer cervical, por lo que es importantísimo dejarlo y mantenerte, en medida de lo posible, en espacios libres de su humo—.
Cuida también tu salud mental. Háblalo con personas de confianza que no te vayan a estigmatizar. Si está en tus posibilidades, ve a terapia. Busca grupos de apoyo a los que puedas asistir presencialmente o en internet. Recibir un diagnóstico de Virus del Papiloma Humano puede ser una experiencia muy fuerte, dolorosa y estigmatizante —sobre todo si eres mujer o LGTBIQ+— y no es raro experimentar depresión o ansiedad después. Y esto no tendría por qué ser así.
Es enteramente tu elección. Si decides compartirlo, no lo hagas desde la culpa sino desde la responsabilidad compartida —porque sí, aunque tú seas la persona con la infección o aunque sea la otra persona la portadora, la responsabilidad SIEMPRE es compartida—. Si lo haces, que sea simplemente con la intención de informar por responsabilidad sexual desde el lugar más amoroso contigo mismo posible.
Considera también que si eres responsable contigo y tus cuidados, no necesitas hacerlo. Si usas métodos de barrera, no tienes prácticas de riesgo, estás en tratamiento, sigues las indicaciones de tu médica o médico, no tienes que decirlo si no quieres, pues eliminas o reduces al mínimo las posibilidades de transmisión.
Recuerda que tú no eres tu diagnóstico. No se trata de poner una carta sobre la mesa como diciendo “Pues tengo esto, ya sabrás tú si me aceptas así…”, como si tu valor dependiera del tu estado de salud. Eres quien eres por lo que tienes en la cabeza y en el corazón, no en los genitales.
Sentirte así es normal ¡pero esa creencia es falsa! Tu vida sexual no se ha terminado. Como dije antes: un diagnóstico no te define. No eres una persona infectada, eres una persona con una infección. Y esa diferencia importa.
Portar Virus del Papiloma Humano —o cualquier otra ITS— no dice nada de la persona que eres, ni de tus decisiones, ni de tu moralidad, ni de tu futuro. Si el virus no se considerase de transmisión sexual, posiblemente ni hablaríamos con tanto miedo de él.
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Esto, obviamente, no es un llamado a desestimarlo sino a dimensionarlo, pues el cáncer sí es una amenaza muy real. Pero conocer a fondo un problema es la mejor manera de comenzar a prevenirlo y a confrontarlo y, muchas veces, el estigma generado alrededor de las ITS es, precisamente, lo que impide su oportuna detección y atención.
Hay vida después del VPH, hay oportunidades de salud, hay sexo delicioso, hay días y semanas y meses enteros de cotidianidad sin preocupación. Pero gran parte de esto tiene que ver con la actitud con la que lo enfrentes, con los cuidados a tu persona y con la ayuda que decidas buscar.
Además, en una de esas desaparece solo, en una de esas nunca te enteras que lo tienes; en una de esas lo detectas a tiempo y jamás desarrollas cáncer.
Escríbelo en un papelito, guárdalo en tu cartera y obsérvalo cada vez que lo necesites. Y si necesitas apoyo psicológico, búscalo. En estos momentos la psicoterapia puede ser un servicio de salud tan importante como la consulta médica, no lo dudes.
Y sobre todo, recuerda: no eres la única persona en el mundo viviendo esto. Nunca lo eres. No estás sola.