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Nov 20/2020

¿Por qué pensamos que todo puede ser una catástrofe? ¡Hola, distorsiones cognitivas!

Yo no debería estar escribiendo este texto. Peor: no debería estarlo haciendo ahorita, de noche, atrasado en la chamba, revisando palabra por palabra como si no fuera contenido que llevo estudiando y aplicando durante años.

Quizás es por eso que no debería estar escribiendo este texto, quizás es la duda la que me quita la aparente autoridad que tengo para hablar de estos temas. Quizás nadie lo va a leer, quizás a nadie le importa, quizás no tendría que estar acá.

O quizás sólo es el estrés. Sí, estoy estresado. Y el estrés, esencialmente, no es otra cosa más que una forma de reacción muy antigua que el cuerpo tiene para defenderse a sí mismo de cualquier amenaza, real o solamente percibida.

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Y cuando se activa, cuando mi amígdala decide gritar ¡abandonad toda esperanza! y llena mi cuerpo de cortisol y mi sistema nervioso simpático de electricidad, pues mi mente también responde en consecuencia.

Y su respuesta es algo que se conoce como distorsiones cognitivas.

¿Y eso qué es o qué?

A las distorsiones cognitivas se les describe como interpretaciones erróneas de la realidad que tienden hacia lo negativo, la catástrofe.

Son, digamos, como los lentes de la película They Live (1988), pero en vez de leer mensajes que dicen “consume”, lo que lees es: “quizás el hecho de que estás tardando demasiado en escribir el punchline de este chiste es señal de que no eres una persona cuya existencia vale la pena, César”. Se puede ver que hay dramatismo, exageración, hipérbole. 

Por cierto, si no recuerdas esa escena, mira:

Las distorsiones cognitivas se cimientan en el miedo irracional a la catástrofe.

Y no que tenerle miedo a la catástrofe sea algo, por sí mismo, irracional, pero por su propia naturaleza, el pensamiento ansioso vuelve a cualquier cosa una catástrofe en potencia: una mirada cualquiera puede ser un gesto de desaprobación, un trabajo entregado cinco minutos tarde es prueba de que no mereces que te paguen por lo que haces, un par de horas en las que no te escribe tu crush es una indiscutible señal de que eres una persona a la que nadie va a amar. 

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¿Cómo dejar de pensar que todo puede ser una catástrofe?

Como mencioné antes, por su vocación catastrófica, a las distorsiones cognitivas se les suele pensar como formas erróneas de interpretar la realidad. Sin embargo, yo difiero. Porque no son, necesariamente, erróneas. Son sólo eso: catastróficas.

Porque la catástrofe no lo es hasta que sucede y hay que decir que, para muchas personas que han vivido trauma, la catástrofe, de hecho, ya sucedió, y lo que se espera no es que aparezca, sino que regrese, y esas son dos formas muy distintas de habitar el mundo y sus amenazas, reales o no.

Y lo que hay que aprender a identificar es cuando una posibilidad, de hecho, es real o cuando sólo es nuestra mente-cuerpo reaccionando de más porque es la manera en que nos sabe proteger, quizás como resultado de una experiencia previa, quizás como resultado de nuestra educación, quizás como resultado de un temor infundado, o por cualquier otra razón.  

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Entonces, cuando pienso: “Yo no debería de estar escribiendo este texto”, me puedo responder:

“A ver, pausa. Estás pensando en esto porque estás ansioso y cuando estás ansioso, el mundo se ve de la peor forma posible. Y sólo es eso: la peor forma posible. No es necesariamente la real o la actual. ¿Qué otras formas hay de ver el mundo? ¿Cómo me veo, siento y pienso cuando no estoy en este nivel de ansiedad? ¿Qué he pensado de mi trabajo y mis capacidades en esos momentos?”.

Cierro los ojos. Los abro. Respiro tantito. Y entonces, sí, comienzo a escribir.