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Dic 09/2019

Mucho más que quemar libros: 11 chicas hablan sobre la protesta feminista en la FIL Guadalajara

Fotos: Lucy Granados

Pañuelos verdes, objetos de color morado y vendas negras se hicieron presentes en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara. Entre libros, charlas y talleres, cientos de mujeres se reunieron para visibilizar su hartazgo por la violencia de género y reproducir el performance “Un violador en tu camino”. 

Después del performance, las chicas salieron del recinto para quemar el libro Psicoterapia pastoral de Misael Ramírez y Juan Manuel Rodríguez, que trata a la homosexualidad como una “crisis de identidad”. 

¿Por qué decidieron unirse para cantar y bailar la protesta creada por la colectiva chilena Lastesis? Aquí algunas respuestas. 

“En otros espacios te dicen que estás loca, que eres una radical, una feminazi”

Paola, asistió al performance para reclamar por los feminicidios, por las desapariciones, por las violaciones y por las violencias que ejercen sobre las mujeres

“Asisto a este tipo de eventos porque estamos en comunidad, sientes que no eres la única, porque normalmente cuando estas en otros espacios y dices alguna idea sobre vulnerabilidad de la mujer te dicen que estás loca, que eres bien radical, que eres una feminazi y eso hace que te sientas muy sola, y cuando vas a estos eventos sabes que hay más como tú y que están dispuestas a estar ahí”. 

“Todos los días me harto de la violencia que ejercen los hombres que me rodean”

Para Jessica, llegar al performance significó luchar consigo misma

Al ubicar al contingente y ver que las mujeres se abrazaban, repasaban la letra y se colocaban unas a otras los pañuelos en el rostro para cubrir su identidad, ella sintió plena sororidad

“Me sentí mal de pensar en no venir. Recordé que todos los días me harto de la violencia que ejercen los hombres que me rodean: mis compañeros, mi novio y hasta mi propia familia. Me daba miedo ir sola y exponer mi coraje, sentía que estaba loca, pero cuando llegué y vi la furia comprendí que nunca más estaría sola”. 

“Cuando nos miran es para querernos callar”

Para Luisa realizar el performance frente a cientos personas que grababan con sus móviles implicó dudas

“Cuando llegué me sentía segura de lo que hacía, pero en un momento mi pañuelo se cayó, mi rostro se vio y me sentí desprotegida. Luego me di cuenta que me daba miedo que me voltearan a ver porque nunca nos ven y cuando nos miran es para querernos callar, para querernos exhibir y para querernos corregir porque seguramente estamos mal (…) Fue difícil pensar hasta qué punto siento miedo”.

“Yo vine por todas las formas en que nos violentan diariamente”

Para María fue un movimiento que le mostró que nada es en vano.

“Lo que me tope fue a muchas morras con ganas de sacar toda el coraje por la violencia que vivimos (…) Y no, yo no vine porque sea víctima de violación ni porque a alguna amiga le haya pasado. Yo vine por todas las formas en que nos violentan diariamente y porque les creo a esas morras cuando dicen que las violaron y que esto es un grito a las escuelas porque deben entender que ni ahí nos sentimos seguras, es más, que ahí están nuestros agresores y tenemos que ser compañeros de grupo”.  

“Estoy harta de que me culpen cuando alguien me acosa en la calle”

Para Rocío asistió para sentir libertad absoluta

“Mi familia es de esas que creen que las mujeres deben casarse, tener hijos y tener relaciones sexuales hasta el matrimonio (…) Estoy harta de tanta presión y de que para poder estudiar lo que quiero debo de aguantar cinco años más esas reglas. Estoy harta de que ellos me culpen cuando alguien me acosa en la calle, me culpan por todas las puercadas que me dicen los hombres en la calle y estoy harta, muy harta”.

“No puedo dormir tranquila”

Para Kimberli significa una manera de luchar por las otras. 

“Tengo una compañera que fue agredida por un compañero en una fiesta pero jamás se animó a decirlo. Hoy vengo por ella, porque tal vez no es mi problema, pero no puedo dormir tranquila sabiendo que la drogaron, que él tuvo cómplices y que sigue impune diciéndose un buen estudiante. Me da asco, todo me da asco”.

“Por fin pude sentirme en comunidad”

Para Samanta en realidad fue su primer acercamiento y una sorpresa. 

“Yo venía a la FIL por las actividades. Cuando iba caminando me topé con muchas chicas de pañuelo verde reunidas y cuando me acerque se sentía una energía increíble, todas reían, se abrazaban y así, y pues una de ellas me invitó, le dije que sí, me dio un pañuelo verde y todo comenzó. En realidad para mí no se trata de un violador, se trata de que por fin pude sentirme en comunidad abrazada y que no me sentí juzgada”.

“No había dimensionado lo que implica para otras chicas este movimiento”

Para Atziri fue un momento de reflexión

“Yo fui porque aunque yo no sufrí una agresión sexual, sé que hay mujeres que sí. Quería unirme, pero ¿sabes?, creo que no había dimensionado lo que implica para otras chicas este movimiento. Por ejemplo, cuando fue la fogata, algunas chicas estallaron en llanto porque hablaron sobre sus violadores. Me sentí fatal, no supe qué hacer y me sentí muy mal por no saber qué hacer”. 

“Estoy lista para defenderme y a las demás”

Para Brenda fue una ocasión genial

“Reunirnos y gritar por mil cosas fue genial. A mí no me preguntes mis causas, yo vengo aquí por la violencia en general que se ejerce hacia las mujeres y al ser lesbiana pues se sufre más. Llegar aquí, gritar y exigirle en su cara a todos me demostró que ya no les tengo miedo y que estoy lista para defenderme a mí y a las demás de ahora en adelante”.

“Me siento avergonzada porque he defendido a amigos violentadores”

Para Janeth fue un momento de cuestionamientos

“Yo llegué temprano, pero dije que llegué tarde porque no quería hacer el baile. Me sentía rara. Me acerqué cuando comenzó y me di cuenta que en realidad me siento avergonzada porque he defendido a amigos que han sido acusados de violentadores. Me sentía muy perra diciendo que sí hay violadores y les creo a las chavas, pero cubriendo a mis amigos. Y pues nada, nuestros amigos también violan y eso me destroza, pero al final todas me abrazaban y me decían que entendían que fue difícil para mí, pero que qué bueno que ya me di cuenta”.

“He sufrido muchas violencias que no veía como tal”

Para Yareli fue una experiencia que le sorprendió

“Yo ya había visto en las noticias a las chicas que salían a gritar y quería ser parte de esa experiencia. Decidí venir a verlas con la idea de ver qué pedo, pero en cuanto llegué me abrazaron, platicamos experiencias y noté que hay muchas que han sufrido cosas muy cabronas y que yo he sufrido muchas violencias que no veía como violencias”.