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Ago 06/2019

Comediantes y depresión: ¿el humor como escape?

Foto: Amazon

Las personas que nos hacen reír no siempre son felices. Muchos comediantes tienen o han tenido depresión en algún momento de su vida, ¿cómo es posible que aún pasándola tan mal puedan hacernos reír?

Hace seis años, la muerte repentina del actor y comediante Robin Williams sorprendió al mundo. Las películas entrañables que dejó (Patch Adams, por ejemplo) y las risas que contagió hicieron que su suicidio pareciera extraño.

Lo que pocos sabíamos es que tenía depresión, además de que luchó contra las adicciones y vivía con trastorno bipolar y poco antes de su muerte fue diagnosticado con demencia.

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A eso se sumó la sensación de que su carrera estaba en descenso.

“No puedo. No sé cómo ser gracioso”, le dijo Robin Williams llorando a Cheri Minns, su maquillista y amiga, según cuenta el periodista Dave Itzkoff en el libro biográfico Robin.

La sacudida por su muerte nos hizo poner el foco en la relación entre la comedia y la depresión.

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Imagen: Amazon

¿Es necesario luchar contra una enfermedad mental para hacer reír?

Aunque no hay ningún estudio que establezca una relación clara entre los comediantes y las enfermedades mentales no podemos ignorar algunos casos.

Hannah Gadsby, Jim Carrey, Robin Williams, Ellen DeGeneres, Ben Stiller, Sarah Silverman, Stephen Fry, Spike Jones, Woody Allen, y Rachel Bloom, son sólo algunos comediantes que han tenido depresión.

En 2014, la Universidad de Oxford realizó una investigación que muestra que los comediantes tienen rasgos en común con personas que tienen esquizofrenia o depresión maníaca, y que esto podría ser lo que los hace divertidos.

“Los elementos creativos necesarios para producir humor son sorprendentemente similares a los que caracterizan el estilo cognitivo de las personas con psicosis, tanto esquizofrenia como trastorno bipolar“, dijo a BBC el autor del estudio, Gordon Claridge.

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La investigación también arrojó que los comediantes eran menos capaces de sentir placer social y físico y tenían una visión general más oscura de la humanidad.

En el estudio participaron 523 comediantes de Reino Unido, Estados Unidos y Australia.

“El humor requiere la capacidad de pensar fuera de la caja o ver conexiones inusuales que otros no ven”, dijo Victoria Ando, especialista ​​del Departamento de Psicología Experimental de Oxford a The Guardian.

“Esta forma de pensar divergente refleja muchos de los procesos y patrones de pensamiento vistos en la psicosis. Pero mientras que en los pacientes psicóticos estos rasgos son demasiado patológicos para permitir la creatividad, en un individuo sano pueden contribuir a la inspiración“.

 

El humor como escape

Mark Twain decía que “la fuente secreta del humor no es la alegría sino la tristeza”.

Un enfoque llamado psicología positiva considera que el humor es una fortaleza que ayuda a las personas a establecer conexiones con el entorno.

Pero antes, algunos psicólogos pensaban que el sentido del humor era empleado como mecanismo de defensa para ocultar los verdaderos sentimientos.

Y el standupero estadounidense Jaime Kilstein lo confirma:

“La buena comedia proviene de las dificultades. Es muy raro que conozcas a alguien divertido cuya historia de fondo sean hazañas atléticas calificadas y conexiones de red de alto nivel. Mi comedia vino como un mecanismo de defensa. Si algo era abrumador, normalmente me congelaba hasta que alguien bromeaba, y luego era como si se hubiera liberado toda la tensión”, cuenta Kilstein, quien también tuvo depresión.

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Very excited to start doing standup again.

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¿La depresión y la comedia van de la mano?

El psicólogo Peter McGraw, autor del libro The Humor Code: A Global Search for What Makes Things Funny, es escéptico.

En una entrevista detalló que lo que sabemos de la relación entre la comedia y la depresión es inexacto y equívoco.

“Primero, no está claro que (la depresión) sea un efecto de comedia”, dice. “Por ejemplo, la mortalidad de los comediantes no es diferente a la de otros artistas o personas. El otro problema es que ninguna de las investigaciones ha analizado la relación de la comedia con la gama completa de enfermedades mentales“.

Y esto tiene sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que la depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Según las últimas estimaciones de la OMS, más de 300 millones de personas viven ahora con depresión, un aumento de más de 18% entre 2005 y 2015.

Esto significa que cada vez más personas (comediantes o no) tienen depresión. A diferencia del pasado, algunos comediantes se han abierto a hablar del tema en la actualidad, donde las enfermedades mentales están menos estigmatizadas.

Jaime Kilstein lo dijo así: “Estamos deprimidos, todos nosotros: cómicos, atletas, directores ejecutivos, personas ricas y pobres. Lo que importa es cómo lo manejamos”.

¿Dónde pedir ayuda en CDMX?

Si sientes que tú o alguien cercano a ti tiene depresión, puedes pedir ayuda a:

  • SAPTEL, un servicio telefónico gratuito de salud mental y medicina a distancia. Teléfono: (55) 5252-8121.
  • El Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México. Teléfono: 5658-1111.
  • La Facultad de Psicología de la UNAM cuenta con una línea de atención de lunes a viernes de 08:00 a 18:00. Teléfono: 5622-2288.