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Abr 09/2021

Multitudes sin cubrebocas y ansiedad: por qué todos tenemos los mismos sueños pandémicos

Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Soñé que a mi papá se le terminaba el oxígeno”; “soñé que no podía arrancarme el cubrebocas de la cara”; “soñé que estaba en un funeral”; “soñé que me rodeaba mucha gente y no podía escapar”; “soñé que viajaba, pero olvidaba el cubrebocas”.

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La pandemia, el confinamiento, el riesgo de contagio y el fallecimiento de seres queridos nos ha provocado soñar distinto, sueños colectivos en los que figuran objetos, situaciones y temores que antes no teníamos. Sueños lóbregos que las más de las veces parecen pesadillas.

¿Por qué soñamos lo que soñamos ahora? Y, sobre todo, ¿por qué nuestros sueños pandémicos son, de algún modo, semejantes entre sí? ¿Es posible trazar un “mapa” de los sentimientos de la época a través del documento de nuestros sueños?

Soñé que… se terminaba el tanque de oxígeno de mi papá

El sueño ocurrió la noche en que llevamos a mi papá, enfermo de covid, al hospital; yo ya llevaba como una semana y media cuidándolo en casa, dándole sus medicinas, pero sobre todo viendo su oxigenación y yendo, primero una vez, y después hasta dos o tres veces al día, a recargar los tanques de oxígeno.

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La noche en que lo llevamos al hospital, yo regresé después de ingresarlo. Sentí que no tenía sueño, me senté en la sala, puse alguna película y me quedé dormido.

Soñé que estaba ahí mismo en la sala con mi papá y de repente dejaba de escuchar el borboteo del vasito que le pones al tanque de oxígeno: no sonaba y no sonaba y no sonaba.

Me espantaba y, en el sueño me levantaba, buscaba por todos lados el tanque de oxígeno extrañando ese sonido, tratando de identificarlo y buscándolo por la casa, desesperado, sin encontrarlo. Mi papá no estaba conectado a nada, entonces me empezaba a espantar y yo mismo empezaba a perder capacidad respiratoria.

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De repente me desperté, pero desperté sin aire, lo que me despertó fue la sensación de estar sin aire y de jalar una bocanada.

Francisco Javier, 30 años, Edomex

Sueños de pandemia: soñé con el tanque de oxígeno de mi papá. Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

La pandemia, el otro Reich de los sueños

Al comienzo del gobierno de Hitler, en Alemania, antes de que el régimen persecutorio contra la población judía y otras minorías fuera explícito, la periodista y escritora Charlotte Beradt (1907-1986), indagó qué soñaban las personas.

Décadas después, la investigadora publicó El Tercer Reich de los sueños, obra en la que constató, a través de los relatos que le contaron, cómo los soñantes traducían en el plano onírico el temor que les provocaba el nazismo y el peligro que se avecinaba.

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La autora alemana concluyó dos cosas: uno, que los sueños eran semejantes porque, en cierto modo, “eran dictados por la dictadura” (el gobierno totalitario se había metido hasta la intimidad psíquica de las personas); y dos, que a través de sus sueños los soñantes expresaban temores que en estado consciente eran incapaces de reconocer.

De manera parecida, las personas reconocen colectivamente en una emergencia sanitaria como la causada por el covid-19 un peligro para la existencia y advierten un control absoluto sobre la vida cotidiana.

El exterior se entreteje con el interior. Es, diría Beradt, como si la pandemia “dictara” nuestros sueños.

Soñé que… ponía en riesgo la vida de mi abuela

El sueño más recurrente es que estoy en el Metro o el Tren Suburbano y a mitad de camino me doy cuenta que no traigo cubrebocas. Eso me provoca una profunda ansiedad y mucho miedo, pero sobre todo culpa por haber olvidado algo tan esencial.

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Culpa porque vivo con una persona de 90 años, que es mi abuela. En el sueño me preocupan las personas que me rodean; pienso qué pasaría si me enfermo, si, por mi irresponsabilidad, por no traer el cubrebocas, enfermo a un ser querido.

Fernando Izquierdo, 24 años, Edomex

Sueños pandémicos: el miedo a contagiar a nuestra familia. Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

La psicoanalista Ingrid Arvizu explica que el sueño es un vaivén entre lo externo y lo interno que teje lo social y lo subjetivo, “hay un trabajo en el sueño que trata de digerir, asimilar o colocar en ciertas imágenes algo que sucede en el afuera, en lo social, en la propia casa o en la misma vida pulsional interna”.

“En vez de estar todo el tiempo con los ojos hacia fuera, el dormir hace que volteemos los ojos, que nos desconectemos de la vida consciente, y entonces hay algo de lo humano que nos lleva a decir: esto sucede en ti, estas angustias suceden en ti”.

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De alguna forma, no es de extrañar que los sueños durante la pandemia hayan cambiado.

El proceso onírico, explica Ingrid Arvizu, expresa el derrumbe de las certezas o asideros que ha significado la pandemia.

“Hay sostenes o certezas que también se han caído, la cotidianidad se vuelve frágil. Se han ‘caído’ desde trabajos, ideas, lo presencial, la misma salud. Hay sueños que vienen a representar esto, por ejemplo, sueños persecutorios o de angustia. El virus invisible se muestra como algo muy persecutorio y se representa en el sueño como no poder salir de una multitud, o me voy a enfermar, como la persecución de la enfermedad”, indica.

Soñé que… no me podía arrancar el cubrebocas de la cara

La pandemia ha afectado mi salud mental, ha aumentado mi ansiedad (estoy diagnosticada clínicamente con ansiedad) y creo que esto se refleja en mis sueños, mi subconsciente.

En uno de mis sueños, llego a casa y me quiero quitar el cubrebocas, pero no puedo, está pegado a mi piel, como el facehugger de ‘Alien’. No me lo puedo quitar, lo jalo y no se puede y me asfixio. No sé si sea un sueño literal, porque de hecho me gusta usar el cubrebocas, pero la sensación que provoca la pandemia es un poco asfixiante a veces.

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A veces sueño que tengo como una matryoshka de cubrebocas, o sea, me quito uno y abajo tengo otro, me lo quito y abajo tengo otro. Es como la sensación de no poder escapar de esta condición.

La sensación más fea ha sido al despertar, como cuando sueñas que te estás cayendo a un vacío. Una vez desperté de golpe y fui a verme la cara al espejo a ver si no tenía el cubrebocas. Fue traumático. Al despertar tenía la sensación de que no podía respirar.

Alejandra Baeza, 26 años, Oaxaca

Sueños de pandemia: no puedo quitarme el cubrebocas. Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Aunque pueden ser persecutorios, los sueños en la pandemia han cumplido una función liberadora, si bien de angustia, también de deseos, como el anhelo de que la crisis sanitaria termine.

“Hay quienes están soñando con gente de hace mucho tiempo, y que tienen sueños muy agradables, de esos que incluso reconfortan, de esos que el soñante dice: no me quiero despertar, quiero seguir soñando. Es un lugar que nos recuerda que ahí está el inconsciente, que puede llevarnos tanto a lo traumático como a lo más benévolo”, explica Ingrid Arvizu.

A su vez, la doctora en psicología y especialista en neurociencia, Frine Torres, explica que la coincidencia en ciertos contenidos de los sueños pandémicos obedece a la globalización y repetitividad de la información, el cómo los medios unifican y presentan la información.

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“Hay tanta alerta, tanta repetición de que van a pasar cosas terribles, que muchas veces los sueños son estas representaciones donde tanta información cobra su espacio y su lugar”, detalla.

“Esto es una pandemia, un proceso global, y todos tenemos más o menos las mismas indicaciones de cómo cuidarnos. Aunque en la política y entre los gobiernos haya diferencia, los mensajes son los mismos, los puntos de alerta y los llamamientos de atención son los mismos”.

Torres, quien también ejerce como psicoterapeuta, señala que la globalidad informativa ha generado un estrés colectivo lo que, a su vez, también explica el “estrés pandémico”, que involucra el miedo de contagiarnos, de morir, de infectar a seres queridos que también podrían morir; a estos temores se suman las dificultades económicas, los riesgos de salir a trabajar o la carga monetaria que implica enfermarse.

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Compartimos información y es por eso que estamos compartiendo, si no exactamente los mismos sueños, sí sueños muy parecidos respecto a la pandemia”, detalla.

Soñé que… pedía ayuda y me la negaban

Estoy desempleada por el covid y eso se trasladó a mi sueño. En mi sueño no tenía cómo pagar la renta y mis tarjetas. Me sentía muy desesperada. Iba al banco y les pedía un préstamo o una solución para lo de mis tarjetas. El lugar era medio oscuro, había un ambiente de desesperanza en general, no sólo de mí, sino de todos en el lugar.

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Todos estaban con cubrebocas, pero se oía mucha gente tosiendo en todo el banco, una tos seca horrible, incluso el ejecutivo del banco con el que hablaba también tosía mucho.

En el banco me negaban ayuda y me mandaban a la chingada. Me decían: consíguete un trabajo, el pobre es pobre porque quiere, ahorita por el covid no estamos haciendo nada.

Todo se sentía tan oscuro, tan triste. Era muy raro. Me hizo sentir muy triste, de esas veces que hasta te despiertas sin ánimo, como si realmente me hubiera pasado, como si realmente hubiera estado en el banco y me hubieran dicho que no.

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Lo soñé porque lo estoy viviendo de cierta forma. No he ido al banco ni me han dicho eso, pero sí estoy desesperada por el desempleo. Mi situación ha ido empeorando mes con mes. En enero no estaba tan preocupada porque pensaba que me renovarían el contrato en el lugar donde trabajaba, pero ahora, en abril, estoy preocupadísima porque ya llegué al límite. Ya no puedo seguir pagando renta.

Luz, 24 años, CDMX

Sueños pandémicos: soñé que pedía ayuda y me la negaban, soñé con desempleo. Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Para la especialista Frine Torres, los sueños en general, y los pandémicos en particular, tienen una función de adaptación a las situaciones en las que perdemos el control y pueden regular las emociones.

Los sueños tienen una función evolutiva: nos permiten consolidar información, consolidar aprendizaje, incluso nos permiten tener este acercamiento con cosas que evitamos durante el día, o situaciones que son complicadas durante el día; los sueños tienen una función de regulación emocional”, señala.

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Otros sueños que nos “dicta” la pandemia

Soñé que… no puedo escapar de lugares llenos de gente

Mi sueño recurrente es que estoy en el cuerpo de otra persona que se encuentra en una fiesta; esa persona no está usando cubrebocas y tampoco toda la gente que está en ese lugar. Para colmo, yo tengo un vaso de una bebida en la mano y está expuesto a las bebidas de otras personas y me empieza a dar mucha ansiedad.

Decido salir corriendo y, en lo que voy buscando la salida, hay gente que se acerca a saludarme de beso y abrazo. Intento de alejarme, pero es mucha la gente y no logro encontrar la salida. Cada que paso a una habitación, es una habitación tras otra llena de gente.

A veces sueño que alguien me saluda de beso y que yo no alcancé a poner un límite, y eso me hace sentir como si ya me fuera a enfermar de covid. Estos sueños me ponen en contextos, momentos, imágenes donde no puedo controlar lo que yo hago, y esto me causa estrés o ansiedad.

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Tuve principios de asma y de bronquitis en años pasados. No me quiero imaginar lo que sucedería si a mí me llegara a dar covid, no tengo idea; la verdad, sí me asusta.

Creo que es una forma de mi subconsciente de decirme que tengo miedo y creo que está bien: es una señal de que eso siento, me parece que es una emoción válida y que me ha permitido tener doble precaución.

Lavinia Ekaterina, 32 años, Chihuahua

Sueños pandémicos: soñé con un lugar lleno de gente, tenía miedo a contagiarme de covid-19. Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Soñé que… me voy de viaje y me siento libre

He estado bastante restringida mi encierro. Desde que empezó la pandemia sí noté mucho cómo en todos mis sueños empecé a estar siempre de vacaciones o de viaje; soñaba muchísimo que estaba en la playa, en hoteles.

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También empecé a soñar con los actores de la serie que estaba viendo en ese momento: para mí ya es súper común que, en lugar de que haya gente como cualquiera en el fondo de mi sueño, están ese tipo de personas.

Me di cuenta de que dormía mejor cuando abrazaba una almohada. Cuando lo hacía, soñaba con un actor en específico y que éramos mejores amigos. Y en mi sueño siempre me abrazaba, y me cayó el veinte de que era mi subconsciente dándome ese contacto o cariño físico que me faltaba en la vida.

Para mí este tipo de sueños han sido un alivio, porque en ningún momento han sido sueños con cubrebocas ni gel ni ningún tema de pandemia.

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Creo que es algo que me ha hecho más llevadera la cuarentena, sobre todo porque estoy en otro lugar y puedo convivir con otras personas. Lo amo, me encanta, soy muy feliz. A veces sí me siento como Leonardo DiCaprio en Inception, de que no quiero despertar.

Claudia, 28 años, CDMX

Sueños de pandemia: sueño que viajo y soy libre. Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Soñé que… veía a la familia de mi mejor amiga en un funeral

En mi sueño llego a un lugar donde, entrando, me dicen que es un velorio: es un salón muy grande, veo muchísima gente que no reconozco, y yo espantada y con ansiedad de que no traía mi cubrebocas; veía a la gente y nadie tenía cubrebocas.

Recuerdo que al entrar sentí pánico porque, aunque no se ve el ataúd, sí se ve gente rezando, pero veo a mucha familia de una de mis mejores amigas; son sus primas, primos y yo les pregunto: ¿qué hacemos aquí? ¿qué está pasando?, ¿por qué no traemos cubrebocas? ¡Nos vamos a contagiar!

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Entré en un pánico tremendo, pero no sabían qué decirme, se quedaban viéndome, como extrañados.

Después de que soñé eso, como a la semana o a los quince días, falleció el abuelo de mi amiga, que es mi amiga desde que teníamos 5 años. A lo mejor fue una coincidencia mi sueño, pero también se explica por el temor de todo lo que está pasando, de todas las muertes que ha habido, porque en mi familia también ha habido muertes.

Lyz, 40 años, CDMX

sueños de pandemia: un funeral. Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Soñé que… veo a mis abuelos fallecidos

Mi casa estaba a oscuras. Estaba buscando a mi familia, pero no encontraba a nadie. Entré a un cuarto y veía a mi abuelo, que estaba acostado en una cama, como dormido. Respiraba mal, estaba enfermo, no sé si agonizando.

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Había una mujer a su lado, en la cama, cuidándolo, y creo que era mi abuelita. Yo la veía de perfil, tenía sus manos sobre la cama, pero no sé si tomaba una de las manos de mi abuelo. Cuando entré al cuarto ella nunca volteó, nunca se movió, no dijo nada, no hizo nada.

Salí del cuarto, encontré a mi tía y le reclamé que cómo era posible que mi abuelo estuviera ahí adentro, si yo sabía que él estaba muerto desde que yo tenía 3 años.

Mi tía sólo me veía sin decir nada. Un rato después me dijo que tenía que despedirme de mi abuelo. Y, aunque yo ya no quería regresar, entré de nuevo al cuarto y lo vi con un tanque de oxígeno, sobre el pecho tenía una mancha roja, que no sé si era el corazón expuesto o era sangre. Era la muestra de que estaba muy enfermo.

Hace mucho que no soñaba con mi abuelo. Siento feo. No sé si es tristeza. Mi abuelo murió de cáncer de pulmón. Usó oxígeno. Los síntomas que recuerdo que tuvo del cáncer pueden tener alguna similitud muy básica con el covid. Tenía una tos terrible, necesitaba oxígeno, le faltaba el aire.

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A los dos, a mi abuela y a mi abuelo, los vi recién muertos. A mi abuelo lo vi acostado en el sillón: me despedí de su cuerpo, le di un beso, me dijeron que se iba a ir al cielo; años después también despedí el cuerpo de mi abuela, que falleció en la cama de un hospital cuando yo iba a la universidad.

Estoy llena de recuerdos, es como si alguien hubiera entrado a mi mente y hubiera abierto esa caja. 

Anahí, 30 años, CDMX

Sueños de pandemia: soñé con familiares muertos. Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)

Ilustraciones: Daniela Díaz (@_danichi) | Jesús Santamaría (@RE_Ilustrador)