Te enfermas y buscas ayuda médica. Tomas el tratamiento, pero no te funciona. Pasa el tiempo y aún te duele lo que te duele; tal vez el estómago, la espalda o algo a nivel emocional. Alguien te habla sobre “equis” terapia alternativa y caes.
“Puedo entender que en un estado de desesperación la gente busque cualquier otra forma de tratamiento para ver si le funciona”, dice el doctor en Psicología Vicente Caballo, uno de los directores del libro Ingenuos. El engaño de las terapias alternativas, editado por Siglo XXI.
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Todos los psicólogos que participaron en este libro tienen un objetivo: que la gente dudosa -es decir, que no sabe si entrarle a alguna pseudoterapia o no- primero se informe y luego tome una decisión.
¿Y cuáles son esas pseudoterapias? Las más populares -en España, al menos-: la homeopatía, reiki, flores de Bach, constelaciones familiares, acupuntura, programación neurolingüística, terapia de vidas pasadas, renacimiento o respiración sanadora, dianética o reactivación de los engramas y bioneuroemoción.
En México, unas son más populares que otras (coff, coff, homeopatía, reiki, constelaciones y acupuntura), pero no te preocupes, que el libro explica cada pseudoterapia, los beneficios que alega y las opciones de intervención científica que se recomienda en su lugar.
Eso sí, Vicente Caballo asegura que este libro no es para las personas que ya están “metidas de lleno” en alguna pseudoterapia, “porque es como la fe”.
¡Ah, jijos! ¿Pues cómo? Fácil: “a alguien no le vas a decir que no crea en Dios”.
Lo que Vicente y otros psicólogos defienden son las terapias que realmente utilizan un método científico, es decir, que están comprobadas, caladas y garantizadas, pues, y el problema con las pseudoterapias o terapias alternativas es que no lo están.
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Por ello, una frase que aparece durante toooodo el libro es: “una fe que vence a la duda”.
Porque, explica Vicente, las pseudoterapias apelan precisamente a eso, a la fe y las ganas de creer.
Teníamos que preguntarle a Vicente cuáles son las terapias más fuera de serie que reporta el libro, por supuesto.
Su primera respuesta fue contundente: “la terapia de vidas pasadas”.
Esta terapia supuestamente funciona para sanar las experiencias traumáticas que vivió nuestra alma en vidas pasadas y que hoy nos afectan. ¿Cómo? A través de la famosísima técnica llamada regresión.
Otra absurda, explica Vicente, es la terapia de las constelaciones familiares.
“Pensar que lo que hizo alguien de nuestro pasado, un ancestro, se transmite -no se sabe cómo ni de qué manera- a nuestra vida actual es algo que no tiene pies ni cabeza”, dice.
Mira, así funcionan las constelaciones:
Si hay terapias que, como dice Vicente Caballo, no tienen pies ni cabeza, hay otras que se acercan bastante a la ciencia. Una de estas es la acupuntura (sí, esa en la que se utilizan decenas de agujas que se colocan en el cuerpo).
La acupuntura “podría ser útil en problemas de dolor, pero hasta ahora no se ha demostrado que sea útil en otro tipo de problemas”, explica Vicente Caballo.
En realidad, cuenta Vicente, la acupuntura se sigue estudiando y a diferencia de otras pseudoterapias, esta sí cuenta con pruebas, método y ensayos, por eso se acerca tanto a la ciencia.
Y algo bastante peculiar: “quienes hacen estas investigaciones son los orientales, gente de China y Japón, que tienen muy cercana la tradición de la acupuntura; pero resulta que cuando este tipo de técnicas se aplican en Occidente en realidad no funcionan”.
¡Auuuuuuuch!
En México, la acupuntura se toma en serio. En 2014, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) inauguró la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) en la ciudad de México.
El médico cirujano y homeópata Aníbal Cravioto Caballero explicó a Quadratín que el IPN impulsa la homeopatía y la acupuntura en zonas rurales a través de brigadas con el objetivo de proveer de servicios médicos a la población más desprotegida.
La Secretaría de Salud federal reconoce como terapias médicas complementarias o alternativas homeopatía -existe un Hospital Nacional Homeopático-, la acupuntura, la herbolaria y la quiropráctica.
“Si tienes una enfermedad importante no abandones la medicina científica”, dice Vicente Caballo. “Si quieres ir a pseudoterapia, que sea complemento. La medicina científica es lo que funciona y lo que va a curar”.