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Jul 26/2019

'Kusama Infinito': la historia detrás de la artista viva más instagrameable

Nueva Era Films y Cinépolis +QueCine

“Convierto la energía de la vida en puntos del universo”. Yayoi Kusama no mira a la cámara cuando suelta esta frase en el documental Kusama: Infinito, primer largometraje de la directora Heather Lenz que se estrena en México este 26 de julio.

Las creaciones infinitas de Kusama atrajeron a cerca de 335 mil personas en México, según El Economista, cuando su exposición Obsesión infinita se presentó en el Museo Tamayo entre septiembre de 2014 y enero de 2015.

Pero detrás de la instagrameable obra de Yayoi Kusama está la vida de la artista, marcada por el maltrato, la marginación y los estigmas de una época que no comprendía de salud mental, de equidad de género y de inclusión.

Kusama: Infinito nos da un recorrido por todos estos aspectos desconocidos de Yayoi Kusama que nos hacen admirar su persistencia y lo oportuno de sus ideas.

La rebeldía de Yayoi Kusama

A los 10 años Yayoi Kusama pasaba sus tiempos libres en campos de flores.

Tenía la sensación de estar anulada por las flores“, dice Kusama en el documental, y esto fue lo que definió su obra: “Perder la individualidad en el espacio”.

Los padres de Yayoi Kusama no querían que ella se dedicara al arte, ellos querían que se casara en Matsumoto, su pueblo natal.

Su madre la enviaba a espiar los encuentros sexuales que su padre tenía con otras mujeres y esto impactó la salud mental de Kusama a una edad temprana.

Pero el impulso creativo y la rebeldía llevaron a Kusama a estudiar y a viajar a Estados Unidos para transformarse en artista.

Luchar contra los prejuicios y superar obstáculos

El camino de Yayoi Kusama hacia el reconocimiento estuvo lleno de rechazos, racismo, machismo e invisibilización de su trabajo.

Lenz documenta cómo algunas obras de Kusama fueron desestimadas y después “retomadas” por artistas masculinos, quienes recibieron mucho reconocimiento gracias a estas obras.

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Kusama buscó espacios en galerías y donde no los halló, los inventó. Fue invitada a desalojar el patio de una galería y detenida por la policía por un happening en el que pintaba cuerpos desnudos, pero nada de eso pudo contra su creatividad.

Volvió a Japón y se enfrentó a una sociedad conservadora que la rechazó por su arte. Ya en Tokio, Kusama fue diagnosticada con neurosis obsesiva compulsiva y se internó voluntariamente en un hospital psiquiátrico, donde reside desde 1977.

La importancia de cuidar la salud mental

En diversas entrevistas, Kusama ha señalado que en su juventud no había apertura para tratar temas de salud mental y tuvo que cuidar de ella por su cuenta, lidiar con la ansiedad y alucinaciones.

“Al hacer un análisis freudiano podría analizar mis problemas psicológicos. Los sentimientos detrás de mis obras son subconscientes y psicosomáticos. Mi trabajo se basa en desarrollar mis problemas psicológicos en arte“, dijo en una entrevista.

“Tuve días oscuros y momentos desafortunados, pero los superé con el poder del arte”, dice Kusama.

Yayoi Kusama nos enseñó cómo el arte puede ser un medio para desestigmatizar las enfermedades mentales y cómo el tratamiento es positivo para quienes las padecen.

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Nunca es tarde

La artista japonesa tuvo que pausar su carrera , marcada por plagio, intentos de suicidio y el cuidado de su salud mental, por unos años. Sin embargo, a principios de los años noventa, cuando Kusama alcanzaba los 60 años de edad, su carrera resurgió.

Se convirtió en la primera mujer en representar a Japón en la Bienal de Venecia, en 1993.

Sus obras empezaron a exponerse en galerías y recintos como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, ahora es una de las artistas vivas más cotizadas del mundo y tuvo la posibilidad de volver a Japón como un icono.

“Finalmente pude traer a casa la corona”, expresa Kusama en su natal Matsumoto, al final del documental.