¡Ya casi es Día de Reyes! Y además de prepararnos para comer muuucha rosca y chocolatito caliente, millones de niñas y niños de todo el país seguramente ya están escribiendo su carta a los Reyes Magos.
Peeero… este año, Melchor, Gaspar y Baltazar mandaron un comunicado a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para pedir que les envíen las cartas de una manera más ecológica.
Checa también: ¡Bye, bolsas de plástico en CDMX! Resolvemos 5 dudas y te damos algunos tips
Los Reyes Magos informaron que ya no recibirán cartas por medio de globos porque “el elefante de Baltazar casi se ahoga con un globo que se le atoró en su trompa y los camellos se comieron algunos y estuvieron muy enfermos; además nos hemos dado cuenta que muchos otros animalitos también son afectados”.
Por ello, piden amablemente que les niñes envíen su carta por medio de los buzones del Servicio Postal Mexicano o vayan directamente al Palacio de los Deseos para enviar su carta.
Te puede interesar: Bolsas compostables: La alternativa a las bolsas de plástico de un solo uso
En estos días el Palacio Postal de la CDMX se inunda de espíritu navideño y se transforma en el Palacio de los Deseos para recibir las cartitas de niñas y niños. Además, ofrece talleres y asesoría para enseñar a los visitantes de todas las edades a escribir, dirigir y enviar cartas.
El Palacio está ubicado en Tacuba 1, colonia Centro Histórico y recibirá las cartas a los Reyes todos los días hasta el próximo 5 de enero.
Horarios
Lunes a viernes de 9:30 a 18:30 horas
Sábado y domingo de 10:00 a 15:00 horas
En este link puedes encontrar un bonito formato para tu carta y sobre, así como un sencillo instructivo para enviarla a través del Servicio Postal Mexicano.
También puedes leer: Juegos para divertirte con tu familia (o en cualquier fiesta)
1. Una buena opción es dejar la carta dentro de un zapato o calcetín y ponerlo debajo del árbol de Navidad.
Según la tradición, tras el nacimiento de Jesús, los niños de Belén decidieron regalarle sus zapatos. Los lavaron y los pusieron en las ventanas de sus casas para que se secaran.
A la mañana siguiente, los niños descubrieron que sus zapatos habían desaparecido y en su lugar encontraron juguetes y regalos que les dejaron los Reyes Magos.
2. También puedes colocar tu carta en el árbol de Navidad. Así, Melchor, Gaspar y Baltasar no tendrán problema para dejarte tus regalos.
3. Si no quieres o no puedes ir al Palacio de los Deseos, puedes enviarla a esta dirección: Calle Estrella de Belén, número 6, colonia Sorpresa, delegación Los Deseos. Deposítala en cualquier buzón u oficina del Servicio Postal Mexicano y ¡no olvides las estampillas!
4. Otra buena opción es enviarles un tuit a su cuenta oficial @ReyesMagos y hacer un hilo con todo lo que quieres para este año.
Échale un ojito: ¿Cómo lograr (ahora sí) tus propósitos de Año Nuevo y no sólo comerte las uvas?
Según la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), un globo con helio puede recorrer hasta 3 mil kilómetros, puede caer en lagos, ríos o mares. El plástico del que está hecho puede tardar años en desintegrarse: Poliuretano unos 450 años y el latex de 8 meses a 10 años.
📢 Extra, extra… 📰
Los Reyes Magos nos informan que ya no van a recibir cartas en globo, te compartimos su comunicado 👑👇🏽 pic.twitter.com/vFNxPx3U0d
— Secretaría del Medio Ambiente (@SEDEMA_CDMX) January 2, 2020
Además, peces, reptiles, aves y mamíferos confunden los globos reventados con alimento, y al comerlos sus intestinos se obstruyen y pueden morir, señala Ballon Blow, ONG enfocada en hablar sobre los efectos de los globos en el medio ambiente.
Un caso emblemático es el de las tortugas, que confunden fácilmente los globos desinflados con medusas, peces y algas que forman parte de su dieta, lo que les provoca obstrucción intestinal que lesiona la mucosa y altera su funcionalidad, les dificulta flotar, moverse, huir de sus depredadores y alimentarse normalmente.
Por otra parte, los globos sueltos casi siempre vuelan acompañados de tiras o cintas, que, una vez en tierra o agua, también son riesgosos para los animales al engancharse en alas, patas o aletas, lo que puede impedirles moverse, huir de depredadores o alimentarse.
La ONU estima que para 2050 habrá más plásticos en los océanos que animales marinos si no se toman medidas para frenarlo.