Si ya no te alcanza para el transporte, comer bien o tu colegiatura; si utilizas una tarjeta para pagar otra; si solventas solo el mínimo y ya no puedes dormir por pensar en cómo resolver este problema es hora de poner manos a la obra para que sepas cómo salir de deudas.
Por desgracia, estar endeudado en México no es algo extraño. Según la reparadora Resuelve tu Deuda, 6 de cada 10 mexicanos caen en impagos por no saber administrar su dinero.
Uno de los errores más comunes es pagar solo el mínimo de las tarjetas de crédito. Esta cifra viene señalada en tu estado de cuenta y es la cantidad que el banco te exige pagar para mantener vigente tu línea de crédito.
Si solo puedes desembolsar esta cifra, ¡estás en problemas de deudas!
Con este pago únicamente aseguras la posibilidad de seguir usando tu tarjeta, pero al mismo tiempo se van a generar cargos por intereses -según diga tu contrato- y cargos del IVA de los intereses reales.
“Pagar el mínimo significa pagar prácticamente puros intereses, casi nada se va a capital. Si lo combinas con que la gente sigue haciendo uno que otro gasto, la deuda se convierte en algo más grande de lo que puedes pagar”, explica David Aceves, fundador y director de diggitt.com, una fintech especializada en refinanciar deudas a una mejor tasa de interés.
¡Conoce todo Animal MX! Da clic en este enlace.
Seamos claros. Estar en problemas de deudas es destinar más del 30% de tu salario a pagarlas. Hacerlo es bastante peligroso, pues las probabilidades de dejar de pagar aumentan considerablemente.
Aquí vale la pena contarte cómo se arma un presupuesto sano.
¿Cómo dividir tu sueldo para tener finanzas sanas?
Claro, estos números pueden variar de persona a persona, pero especialistas coinciden en que esta es una muy buena manera.
¿Qué significa destinar más de 30% del salario a pagar deudas? Que muy probablemente no estás ahorrando y estás muy próximo a dejar de pagar.
Juan Pablo Zorrilla, director general de la reparadora Resuelve tu Deuda, explica que si una persona destina más de 30% al pago de deudas seguro “le está quitando dinero” a categorías que sí están relacionadas con su calidad de vida o hay una probabilidad muy grande de que deje de pagar.
“No va a cambiar su estilo de vida, dejar de vivir donde vive, transportarse como se transporta o dejar un tratamiento médico, entonces, lo primero que hará será dejar de pagar”, dice Zorrilla.
Lo sabemos, hay de deudas a deudas, y para ello es necesario analizar la situación en que te encuentras para poder solucionarla.
Recuerda que no hay una salida única para todos, esta dependerá del caso específico de cada quién y las opciones disponibles en el momento, pero es importante conocer todos los caminos que existen.
Primero siéntate con una pluma, un papel, tus estados de cuenta y los contratos de tus tarjetas de crédito o préstamos y anota cuánto debes de cada uno.
Analiza la totalidad de tus gastos. Es más fácil si empiezas por escribir tus gastos fijos, es decir, aquellos correspondientes a servicios y demás cosas que pagas sin falta mes con mes.
Después analiza cuánto estás destinando a entretenimiento, ahorro y pago de deudas.
De esta manera podrás saber si gastas más de 30% de tu salario en pagar deudas.
Ahora calcula cuánto tiempo tardarías en pagar las deudas si dedicaras 30% de tu salario en este momento.
¡Ah! Y necesitas proponerte dejar de generar más deuda, porque si no, esto se convertirá en una espiral que crecerá y crecerá.
“Amárrate el pantalón y utiliza tu liquidez para pagar tus deudas. Deja tu tarjeta de crédito en tu casa, no compres a meses sin intereses y asegúrate de que no muevas esa deuda”, recomienda Sebastián Medrano, director de marketing de coru.com, una fintech especializada en comparación y educación financiera.
Una opción inicial es incrementar tu ingreso y con ello saldar la deuda que tienes pendiente. Sí, esto significa considerar un trabajo de medio tiempo, hornear pasteles, pasear perros o cualquier otra actividad que te deje más dinero.
Va un ejemplo.
Tienes un ingreso de 20 mil pesos y debes pagar 7 mil pesos de deudas cada mes. Esto significa aumentar tu ingreso para que esos 7 mil pesos representen menos del 30% de tu salario (es decir, tendrías que ganar alrededor de 22 mil pesos).
“Todo lo extra que percibas deberá pagar tu deuda”, explica Juan Pablo Zorrilla.
Otra posibilidad es quitar un poco a ese 70% de tu salario que usas para transporte, pagar renta, tu escuela o algún curso e ir al doctor.
Esta es una opción complicada porque tu deuda per sé ya te hizo cancelar ahorro y diversión, y ahora tendrías que recortar más. Múdate a una casa más pequeña o no compres nada de ropa.
“Es lo que comúnmente se conoce como ‘apretarse el cinturón’. Esta opción suele ser difícil porque implica transformar el estilo de vida que llevas actualmente, pero en muchas ocasiones es posible lograrlo”, dice Zorrilla.
“Esto podrás saberlo con tu presupuesto en la mano, siendo honesto contigo sobre tus gastos y lo que puedes recortar en realidad”.
Si ya analizaste las primeras opciones y no es posible; si el tiempo parece interminable o los intereses van a seguir comiéndose tus pagos, es momento de buscar otras alternativas.
Una de ellas es consolidar tu deuda. Esto significa concentrar varias deudas en una sola y esto puede lograrse con una tarjeta de crédito, un crédito personal o con cualquier instrumento que te permita pagar menos intereses de los que ya estás pagando.
“Esa alternativa te da, además de una reducción importante en la tasa de interés, mucha claridad para presupuestar porque ya tienes pagos fijos mensuales con tasas fijas. Así ya puedes saber cuándo estarás libre de deudas”, explica David Aceves de Diggitt.
Esta opción evita que te confundas con las distintas fechas de pago y con los diferentes pagos mínimos que debes hacer.
Si esta alternativa resuelve tu problema y con 30% de tu salario puedes pagar lo que debes en un tiempo razonable, es hora de hacer un presupuesto, recortar gastos donde puedas y dedicar dinerito extra para pagar tu deuda más rápido.
Te interesa: Qué deudas debes pagar antes de que sea demasiado tarde y por qué
Puedes consolidar con una tarjeta de crédito, solo necesitas ir a tu banco para enterarte si tiene esa opción; si no, buscar uno que la ofrezca o adquirir un préstamo personal que tenga una menor tasa.
Para hacerte la vida más fácil existen empresas tecnológicas dedicadas al área financiera.
Las fintech que te pueden ayudar a resolver este tipo de problemas son Kubo Financiero, Doopla, Yo te presto, Kueski o Prestadero, las cuales se dedican a realizar préstamos persona a persona (P2P), o Diggitt, que se especializa concretamente en consolidar deudas de tarjeta de crédito.
Analiza qué te ofrece cada una, sométete al análisis crediticio que estas entidades te harán para poder comparar las tasas de interés que te ofrecen y escoge la que más te convenga.
Este tipo de emprendimientos tecnológicos suelen tener mejores tasas de interés que los bancos debido a su estructura capaz de reducir costos y no transmitirlos al cliente final.
Descarga este GIF en tu celular.
Si consolidar no fue una alternativa para ti y tienes deudas con varios orígenes, existen algunos métodos para deshacerte de ellas.
Puedes poner todo el esfuerzo en la deuda que te genera más intereses o dispersar los pagos en las distintas deudas que tienes, siempre pagando los mínimos de cada una.
A esta última opción se le llama “método de la bola de nieve” y consiste en -si tus deudas no tienen intereses muy dispares- pagar la deuda más pequeña primero y pagar los mínimos de las demás, así hasta terminar.
Se cree que este método es “el mejor” por la sencilla razón de que mantiene la motivación del deudor, ya que ve progreso en la disminución de su deuda.
Una investigación denominada “Repayment Concentration and Consumer Motivation to Get Out of Debt”, publicada en el Journal of Consumer Research, se dio a la tarea de encontrar la forma en la que los deudores se mantenían más motivados para pagar su deuda, si dedicando todos sus esfuerzos a una sola o dispersando los pagos en los distintos adeudos.
La investigación reveló que la segunda opción es la que mantiene a las personas con más energía y motivación para deshacerse de sus compromisos financieros.
“Esto se alinea con otras investigaciones que sostienen que el poder de los pequeños logros puede mantener a las personas motivadas”, explica en un texto para la Harvard Business Review, Remi Trudel, uno de los investigadores que colaboraron en el estudio.
Sin embargo, es financieramente más inteligente empezar por el crédito que te cuesta más, es decir, aquel que más intereses te genera.
Solo considera la falta de motivación que puedes sentir, ya que no verás avances durante varios meses, es decir, no verás resultados tan pronto.
Entonces, ¿cuál escoger? Depende de tu personalidad y fuerza de voluntad.
Cuando tu deuda es muy grande o tus circunstancias te impiden seguir alguno de estos caminos -quizá estás desempleado, tu negocio no te está dando las ganancias que esperabas o estás enfermo y no puedes trabajar ahora– existen todavía más alternativas para resolver tu situación.
Una es la reestructura de la deuda, la cual consiste en que las entidades financieras a las que les debes te hagan un “plan de pago” más accesible que te permita poder pagar lo que debes.
Sin embargo, si tu economía está muy golpeada es muy probable que esto no te funcione debido a que los plazos son muy largos y seguramente no tienes muy claro dónde estarás económicamente en un futuro.
Además, el pago mensual será mucho más alto del que haces ahora y la reestructura hará que termines pagando mucho más que tu deuda actual por los intereses mayores.
El riesgo aumenta si no haces un pago porque el acuerdo puede cancelarse y gracias a la suma de los intereses más el saldo pendiente se puede generar una nueva deuda muuuucho mayor a la que debías al principio, según la explicación de la asociación Defensa del Deudor.
De acuerdo con esta asociación, menos del 8% que acepta una reestructura logra liquidar la deuda bajo este sistema.
Considera todas la variables y analiza si te funciona.
Si la respuesta es “no”, hay otra solución. Se llama “quita” y consiste en un acuerdo entre el banco y el deudor en que se estipula la reducción del pago de la deuda mediante un descuento.
“Cuando llegues al momento de la quita intenta salir lo más rápido posible y sé consciente de que ya tocaste fondo financieramente”, recomienda Sebastián Medrano de coru.com.
Si no tienes otra forma de solucionar el problema toma esta opción para resolverlo.
¿No puedes o sientes que necesitas apoyo para lograr este acuerdo? Existe la opción de hacerlo a través de una reparadora, es decir, una empresa que te ayudará a negociar la quita con el banco.
Las reparadoras de deuda tienen ciertos requisitos que debes cumplir, como que debas más de cierta cantidad, estés atrasado en tus pagos y, por supuesto, tengas la disposición de pagar.