Anaranjada, pajosa y esponjada: esa podría ser la definición de la cabellera de Donald Trump.
Pues al parecer, así como la vez, parece que ese abultado trozo de cabello necesita grandes cuidados y el presidente de Estados Unidos quiere cambiar las reglas de su país sobre las duchas de agua.
Resulta que las normativas actuales de ahorro de agua, impuestas en la administración de George W. Bush, no permiten que Trump tenga un “cabello perfecto” (aaahh, con que ESO es…).
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Y bueno… por las quejas del presidente, el gobierno de Estados Unidos busca hacer más flexibles las normas de los accesorios para las duchas.
Según la AFP, para Trump la presión del agua no es suficiente, así que el Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés), propuso que se modifique la definición del cabezal para la ducha, de esta forma se podrían permitir varios cabezales para un solo accesorio y esquivar las medidas de ahorro de agua.
Todo sea por el precioso estropajo del señor Trump.
Estas reglas, impuestas en 1992, establecen que sólo se pueden usar 2.5 galones de agua por minuto en las regaderas (más o menos 9 litros).
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En julio, el presidente estadounidense se quejó de la falta de presión de agua en las regaderas.
“Cabezales de ducha: te duchas y el agua no sale”, dijo Trump, “quieres lavarte las manos, el agua no sale. Entonces, ¿qué haces? ¿Te quedas ahí más tiempo o te duchas más? Porque mi cabello, no sé el tuyo, tiene que ser perfecto. Perfecto“.
Según él, los estándares federales hace que los inodoros, lavamanos y otros accesorios domésticos no sean eficientes.
Con información de AFP y BBC
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