Cuando una persona es funcionaria, ¿en qué momento se separa la vida personal del quehacer público? ¿Debe mantener sus actividades personales como algo estrictamente privado? ¿la seriedad de un trabajo depende completamente de su imagen pública?
Estas son algunas de las preguntas que se debaten en Colombia gracias a que la jueza Vivian Polanía puso las cartas sobre la mesa.
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Su perfil profesional va así: Vivian es jueza de Control de Garantías en Cúcuta, una ciudad ubicada al noreste de Colombia, casi en la frontera con Venezuela. Es abogada especializada en Derecho Constitucional en su país y cursa la maestría en Derechos Humanos.
Su vida personal es otro rollo: practica Crossfit a diario, puede cargar casi 150 kilos en las pesas y tiene una cuenta de Instagram donde muestra sus increíbles entrenamientos y posa semidesnuda.
“En mi Instagram yo no hablo nada jurídico porque una red social es una red social, precisamente para conocer personas“, dijo Vivian Polanía en una entrevista a CNN.
Sin embargo, según medios locales, el Consejo Superior de la Judicatura de Colombia abrió una investigación disciplinaria a la jueza.
Las autoridades iniciaron la investigación pues, explican, las normas del sistema de justicia colombiano contemplan prohibiciones para los funcionarios judiciales como realizar actividades que puedan “afectar la confianza del público”, ya sea en durante el servicio o en actividades sociales.
Además, se les exige que “cuiden de su presentación personal”.
¿Qué dice la jueza Vivian de todo esto?
“De respecto a mi ropa y forma de vestir y desarrollo de la personalidad estoy totalmente en desacuerdo porque no todos los jueces, funcionarios, empleados son iguales. Yo no pienso cambiar”, afirmó a CNN.
