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May 26/2021

'Vivir con un muro de segregación no es normal': así es vivir en Palestina bajo dominio israelí

Fotos: Paulina Estrada

Imagina que vives en Ciudad de México y tu familia y tú deciden visitar a una tía y tus primos en Querétaro por el fin de semana. Preparas una maletita, tu identificación y un permiso especial que un gobierno que no es el mexicano te exige para transitar por tu propio país.

Si todo sale bien, sólo te pedirán tu identificación y mostrar ese “permiso” a la salida de la CDMX y otra vez a la entrada de Querétaro. Pero si por alguna razón los militares de algún punto de chequeo no andan de buenas, te pedirán revisar el auto en el que viajan, le pedirán a tu mamá mil y un explicaciones para justificar el motivo del viaje, exigirán que muestren documento tras documento.

Así es como viven los palestinos en su propio país. Y esos palestinos que pueden viajar, con todo y chequeos y asedio constantes, son los “privilegiados” en un territorio en conflicto desde hace 73 años.

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Cómo es vivir en Palestina

Palestina está dividida y Cisjordania es la parte más o menos segura del país, al norte, oeste y sur están los territorios ocupados por Israel y al este Jordania. La franja de Gaza, que es zona en conflicto gobernada por autoridades palestinas, está separada de Cisjordania y se ubica en la frontera con Egipto.

Es en Ramallah donde se concentra la vida política y económica del país, la gente vive ahí de manera más o menos normal.

¿Cómo es “más o menos”? Las palestinas van al empleo, salen con sus amigas, hacen deporte, ven Netflix. Casi igual que en México, pero “la realidad va mucho más allá”, nos cuenta Mays Kuhail, de 25 años, que vive en Ramallah.

“Es un poco difícil contar cómo es la vida aquí porque cuando naces bajo un contexto de  ocupación, la vida diaria bajo ocupación es todo lo que conoces y todo lo que sabes. No sabía cómo era la vida más allá del muro de segregación, de las fronteras cerradas, de los check points, y esa es la vida en Cisjordania donde es relativamente segura”.

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Mays (se pronuncia Máys, acentuando la A), es coordinadora de Comunicación en una empresa llamada Build Palestine y, como pocas personas de su país, ha tenido la oportunidad de conocer una vida lejos del control israelí.

“En la franja de Gaza hay bloqueo total y nadie puede entrar ni salir, las condiciones de vida son brutales para las 2 millones de personas allá, aquí decimos que es la cárcel de aire más grande del mundo”, explica.

Con Mays platicamos sobre cómo es nacer, crecer y vivir en Palestina, y luego salir y conocer una vida con más libertad.

¿Te puedes mover libremente entre las ciudades de Cisjordania o al territorio ocupado por Israel?

Se puede mover de una ciudad de Cisjordania hacia otra, para mí como ciudadana de Ramallah puedo ir a Jericó o Hebrón, pero paso por check points y nos paramos en cada punto donde hay chequeos de identidad, de coche, de todo.

Hay un check point en cada entrada de Ramallah, no todo el tiempo hay soldados, pero pueden cerrar la ciudad cuando quieran. Por ejemplo, ahorita (13 de mayo, momento de la entrevista) una entrada del norte de Ramallah está cerrada porque cerca hay un asentamiento israelí.

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Moverme desde Cirjordania, o desde Palestina, a Israel, por ejemplo a Jerusalén, yo no puedo hacerlo.

Tengo que tener un permiso específico, pedir permiso al gobierno israelí y no siempre puedo lograrlo. Hay gente en Palestina que nunca han visto Jerusalén (a 15 kilómetros de Ramallah), nunca han visto Haifa (al norte). Es muy difícil moverse.

Y para la gente en la franja de Gaza es casi imposible, incluso en casos humanos, en casos de necesidad médica, a veces no se puede lograr salir de Gaza para ir a un hospital, por ejemplo. Todo es parte de la opresión.

¿Puedes salir de tu país?

Puedo salir del país, claro, pero con mucha dificultad. Tengo que tener permiso de salir del país, visado para ir a otros países de Europa o a Estados Unidos, no podemos viajar desde el aeropuerto en Tel Aviv, entonces tenemos que cruzar las fronteras desde Cisjordania, de una ciudad que se llama Jericó, cerca de las fronteras, hasta Jordania.

Check point de Israel en Palestina. Foto: Paulina Estrada

Check point en Palestina. (Foto: Paulina Estrada)

¿Cómo fue para ti conocer otros países?

En 2016 viví por primera vezfuera del país. Fui a vivir un par de meses a España haciendo un intercambio. Un día, mis amigas y yo viajamos al sur de Francia, íbamos en un autobús y cuando cruzamos las fronteras mi amiga me dijo que ya estábamos en Francia. Yo no podía entender esa idea que iba de un país al otro sin nada de pasaporte, DNI, visado.

Fue surrealista, no podía creerlo. Cuando ves la normalidad de otros lugares es un golpe en la cara, cuando ves cómo vive la gente con libertad, y conoces que puede ser tan fácil, eso te afecta.

Cuando volví aquí empecé a ver el muro como algo que no es normal, los check points no son normales.

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¿Te han contado cómo era la vida antes de la llegada de Israel?

Mucha gente piensa que lo que está pasando es un conflicto de religión y no es así. Antes de la creación del estado israelí había musulmanes, cristianos y judíos, y hasta hoy es así.

No es algo religioso, la religión está siendo usada por razones políticas.

Yo creo que sí podemos tener paz, no sé si nuestra generación va a poder lograrlo, pero tenemos mucha esperanza y estamos viendo hoy en día manifestaciones en todas partes de Palestina porque los jóvenes que no lo hemos vivido queremos ver paz.

Muro de segregación en Palestina. (Foto: Paulina Estrada)

Muro de segregación en Palestina. (Foto: Paulina Estrada)

¿Cómo perciben el apoyo de jóvenes judíos que están en contra de la ocupación israelí en Palestina?

Me gustaría diferenciar mucho entre judaísmo y sionismo. Hemos visto protestas en todo el mundo de personas judías que están mostrando su solidaridad a Palestina y condenando las acciones israelíes y dicen que el estado de Israel no les representa y que no quieren que se use al judaísmo para hacer lo que hacen como una explicación.

Nosotros (palestinos) sabemos que es el gobierno el que lo está haciendo.

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La forma en que recibimos estas muestras es un poquito complicada, obviamente recibimos cualquier llamado a la paz, porque al final del día es lo que clamamos y esperamos, pero al mismo tiempo es un poquito difícil para las personas que hemos estado tantos años bajo la opresión y subyugación y que un día alguien nos digan: “coexistamos, hagámoslo”.

Creo que será un proceso lento, si es que llega a pasar, pero sí creo en la paz, sí creo que es posible para toda la gente, y no es necesario ser una persona “revolucionaria”, sólo tienes que ser humano. Lo que Israel está haciendo es inhumano. No es tan complicado como la gente dice, es colonización, es limpieza étnica.

¿Qué piensan los palestinos de Hamás?

Esta es una pregunta que se nos hace a menudo. La forma en que muchas personas lo ven es que, si bien es cierto que Hamás no representa a todos los palestinos, sí representa a un gran número de palestinos.

Es una pregunta que se nos hace mucho, a veces es un poco molesta porque se utiliza como una forma de gaslight a lo que los palestinos sienten o como una forma de justificar lo que Israel hace y no, no hay forma de justificar lo que Israel hace.

Israel ocupó Palestina mucho tiempo antes de que Hamás llegara al poder; Hamás fue creado en 1987, mucho después de la llegada de Israel en 1948, y fue creado como una respuesta a lo que está pasando.

No puedo condonar ni condenar lo que hace Hamás, pero lo que digo es que es una respuesta, la resistencia es una respuesta a la ocupación de 73 años de brutalidad, asesinatos, opresión de los palestinos, de tantas guerras, aunque no me gusta llamarla guerra porque no es un enfrentamiento entre iguales.

No podemos realmente culparlos ni tampoco decirle a la gente que ha vivido esto durante tantos años que se queden ahí y no hagan nada.

"Este camino está a cargo de ---, bajo la autoridad palestina. La entrada a ciudadanos israelíes está prohibida, es peligrosa para sus vidas y va en contra de las leyes de Israel". (Foto: Paulina Estrada)

“Este camino conduce a —, bajo la Autoridad Palestina. La entrada a ciudadanos israelíes está prohibida, es peligroso para sus vidas y va en contra de la ley de Israel”. (Foto: Paulina Estrada)

¿Es diferente la respuesta de la gente alrededor del mundo ahora que ustedes muestran lo que sucede en redes sociales?

Veo muchas más personas educándose en lo que sucede, ahora podemos mostrar qué pasa exactamente, si es una protesta, un tiroteo o lo que pasa en el barrio Sheik Jarrah (en Jerusalén), la gente puede ver realmente qué es lo que pasa y no tenemos que quedarnos con los medios de comunicación como única fuente para mostrar desde una narrativa que no es nuestra.

Lo que sucede ahora es que somos capaces de tener el control de lo que se cuenta y somos capaces de compartir y la gente está escuchando y quiere escuchar.

Ha pasado tanto tiempo, son 73 años, pero es la primera vez que podemos grabar todo en nuestros teléfonos y mostrarle al mundo lo que está pasando y también compartir a la gente.

Hay personas que buscan traducir lo que está pasando para compartir la información, o hacer voluntariado digital, o diseñan formas de compartir la información.

Además, vemos a gente educando a otra gente a través de Instagram o TikTok, a través de videos, de música, de muchísimas formas distintas que no existían cuando nuestros padres eran más jóvenes.

Mis papás no sabían, no había forma en su tiempo de grabar o tomar sus propias fotos y dejaban que otros tuvieran el control de su narrativa, y ahora tenemos videos en vivo y la gente del mundo puede ver lo que pasa. Están muy impresionados.

Mezquita de Al-Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén. (Foto: Paulina Estrada)

Mezquita de Al-Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén. (Foto: Paulina Estrada)