¿Ya sabes a qué personalidad de algún personaje de Winnie the Pooh te pareces? Tal vez a Piglet con su eterna ansiedad, o Conejo tan perfeccionista y obsesionado con el orden, o mira, tal vez Chistopher Robin con rasgos de esquizofrenia.
Si fuiste de los que a las 5:00 de la mañana entraste a Twitter para perder el tiempo y terminaste haciendo el Test de patologías de Pooh, te tenemos noticias: es algo así como un fraude.
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“Oye, Animal MX, no exageres, mis resultados fueron acertados”… amñ, lamentamos aguar la fiesta, peeero no tiene ni pies ni cabeza, así que no pasa de ser un test como los que hacía tu tía en su revista de moda fav.
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Tania Gómez ya hizo el test de Winnie Pooh, y sí, le puso atención a las 33 preguntas que lo conforman. Por eso, y con toda confianza, nos puede contar qué onda con la supuesta prueba.
“En las preguntas que tiene este test se mezclan algunas que, para mi gusto, van asociadas a cuando se indaga algún rasgo patológico de la personalidad, también mezclan preguntas asociadas a trastornos del estado anímico -como ansiedad y depresión-, e incluso también hay preguntas asociadas con trastornos de desarrollo -como el déficit de atención-“, nos dice.
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Bueno, ¿y eso qué? Pues eso mucho tiene que ver con que no tiene ni pies ni cabeza porque no existe, hasta ahora, ninguna prueba que pueda mezclar tooodos los constructos.
Además, cada aspecto de la salud mental se mide de forma distinta. Hay pruebas específicas para rasgos de personalidad, hay otras para la detección de síntomas de estado de ánimo, otros más para detección de trastornos de neurodesarrollo, “digamos que como instrumento como tal, no me parece que el test de Pooh brinde información certera”.
“Aunque así fuera, un instrumento nunca va a ser suficiente para que tú puedas elaborar un diagnóstico, eso no se hace, un instrumento o una prueba, como su nombre lo dice, es nada más una herramienta, un instrumento, y se utiliza dentro del consultorio cuando tú ya tuviste un acercamiento con el paciente, aplicaste una entrevista estructurada y con base en ello realizas observaciones clínicas para aterrizar una impresión diagnóstica”, nos explica Tania.
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Después de tooodo eso, un psicólogo o psiquiatra -según sea el caso-, buscará corroborar si la impresión de sus entrevistas va acorde con los resultados que da uno de los instrumentos de diagnóstico (prueba o test).
¿Y pa’qué son las entrevistas? pues, justamente, para saber si los síntomas clínicos que se observan en las mismas, coinciden con los resultados de los instrumentos que utilizan.
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Ahora sí, vamos a lo bueno. Para que no andemos cayendo (nosotres también hicimos la prueba) en el viralísimo test de Winnie the Pooh, existen varios instrumentos que nos ayudan a una buena valoración clínica.
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Por ejemplo, para identificar síntomas de depresión que supuestamente padece Ígor está el Inventario de Depresión de Beck, creado por el psiquiatra, investigador y fundador de la terapia cognitiva, Aaron T. Beck. Esta prueba tiene validez internacional.
¿Cómo sirve? Básicamente es una escala que el paciente responde y que es autoaplicable. Es decir, eres tú quien responderá a una serie de afirmaciones sobre sentimientos y grados de intensidad de estos y cómo los has sentido en las últimas dos semanas.
Para identificar síntomas de ansiedad (coff, coff Piglet), el mismo autor, Aaron T. Beck, desarrolló un sistema.
Además, existe otro llamado Escala de calificación de ansiedad de Hamilton, aunque esta última se aplica a pacientes a quienes ya se les diagnosticó neurosis ansiosa y se evalúa la severidad de ésta.
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¿Y esos cómo se miden? Pues están en el espectro de trastornos de neurodesarrollo, nos dice Tania, y hay instrumentos súper refinados que no son propiamente test.
Para poder diagnosticarlos se requiere toooda una serie de pruebas que conforman una batería. Estas pruebas miden distintas habilidades del cerebro y, con base a los resultados y ciertas tendencias que muestren, el neuropsicólogo determina si existe TDA o TDAH.
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Una batería súper popular es la Batería Neuropsi de atención y memoria, y ¿qué crees? Es una batería mexicana con un banco de respuestas amplísimo (de más de 10,000 personas) por lo que sus estadísticas son súper serias.
También se utiliza la Batería de Funciones Ejecutivas Banfe-2 que, nos explica Tania, mide el desarrollo de la corteza prefrontal del cerebro, donde normalmente se encuentra el TDA. Esta batería también es mexicanísima.
Y bueno bueno, ya para identificar trastornos de la personalidad, como esquizofrenia (que según Christopher Robin padecería), existe el inventario MMPI-2, que es una de las herramientas que los expertos en salud mental, como Tania Gómez, más utilizan para evaluación de la personalidad y la psicopatología.
Tiene validez internacional y con este se pueden identificar rasgos de personalidad patológica, como trastornos de personalidad limítrofe, o narcisista, o tendencias psicopáticas.
Así que antes de afirmar que tiendes más hacia ser obsesivo compulsivo como Conejo, o padecer TDA como Winnie de Pooh, o vivir con ansiedad como Piglet, piensa que hay herramientas súper serias que te ayudan a comprobarlo y no un test encontrado en Twitter.
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