Un método de tortura poco conocido, pero igual de terrible: poner a todo volumen y en loop infinito la canción de “Baby Shark” a prisioneros. Esa fue la forma que encontraron policías de Oklahoma, Estados Unidos, de hacer que la estancia en prisión de cuatro personas fuera aún peor.
Por esto, fueron demandados policías estadounidenses, informó The Washington Post que tuvo acceso a documentos de la corte federal.
La demanda señala que, en 2019, al menos cuatro personas que estuvieron detenidas en Oklahoma City son víctimas de “tácticas de tortura” que, además de abuso verbal y físico, también fueron obligados a escuchar la canción para niños “Baby Shark” por horas y a todo volumen.
La demanda señala al sheriff del condado de Oklahoma, Tommie Johnson III, dos exoficiales, el responsable de la prisión local y comisionados del condado.
Daniel Hendrick, uno de los denunciantes, aseguró que lo obligaron a estar de pie más de una hora en un cuarto donde pusieron la canción a todo volumen.
Mientras que Joseph Mitchel, otro denunciante, explicó que lo ataron de las manos y obligaron a permanecer de pie por más de cuatro horas con la música de fondo.
Algo similar hicieron a John Basco: fue aislado y obligado a escuchar la canción a todo volumen por dos horas.
“El volumen de la canción era tan alto, que se escuchaba por todos los pasillos“, dice la demanda.
En 2019, las autoridades de West Palm Beach, Florida, también utilizaron la canción.
El medio Miamim Herald informó que “Baby Shark” se ponía a todo volumen en plazas públicas o parques para “desalentar” a personas en situación de calle a dormir o instalar campamentos en estos sitios.
Este es el trabajo de investigación que el medio estadounidense hizo al respecto: